sábado, 16 de mayo de 2009

LA MAYORIA CREE QUE EL REY DEBE SEGUIR HASTA QUE MUERA

Encuesta de Sigma Dos
La mayoría cree que el Rey debe seguir hasta que muera


DEBE SEGUIR REINANDO HASTA MORIR
Doña Sofía lo adelantó: «¿Abdicar? El Rey no abdicará jamás. Sólo puede jubilarle la muerte». Don Felipe ya está preparado, dice el 81%, pero la mayoría opina que ha de esperar hasta el final
ANA MARÍA ORTIZ

La Reina es el único miembro de la Familia Real que se ha pronunciado sobre la posibilidad de que Don Juan Carlos ceda en vida el trono a su hijo. «¿Abdicar? El Rey no abdicará jamás. A un rey sólo puede jubilarle la muerte», decía a la periodista Pilar Urbano hace unos meses. Con esta rotundidad, la soberana parecía querer zanjar el debate sobre la longevidad profesional del Rey, abierto en 2003 cuando el Jefe del Estado alcanzó la edad de jubilación, y avivado desde entonces cada 5 de enero coincidiendo con su cumpleaños.

Según la encuesta realizada por Sigma Dos para La Otra Crónica (LOC), los españoles refrendan el punto de vista de Doña Sofía. A la pregunta «¿cuándo cree usted que se debería jubilar el Rey?», el 57,4% de los sondeados responde «sólo cuando muera o se encuentre incapacitado». [El 22% cree que debería hacerlo «próximamente» y el 11,1% «dentro de 8 ó 10 años»].

«Lo deseable por el propio asentamiento de la Monarquía en España», decía la Reina en la citada conversación con Urbano, «es que el Rey muera en su cama, y que, en presencia del Príncipe heredero, alguien diga "el Rey ha muerto, ¡viva el Rey"».

De cumplirse el anhelo de Doña Sofía, el Príncipe podría comenzar a ejercer el cargo para el que se ha formado cuando la mayoría de la población piensa ya en la jubilación. Y, como escribía Pilar Urbano en LOC el pasado 24 de enero, «¿cuánto tiempo puede resistir un príncipe en el banquillo, tensando músculos, recargando adrenalina y aguantando el impuso de saltar al terreno de juego?».

Nombrado heredero el 21 de enero de 1977, el Príncipe Felipe, quien cumplió 41 años el pasado 30 de enero, lleva 22 años, más de la mitad de su vida, en compás de espera, preparándose para ocupar el trono. Con tres años menos de los que él tiene (con 38) su padre era coronado.

Los españoles, dice nuestro sondeo, juzgan al Príncipe de Asturias capacitado ya para proclamarse Felipe VI. Ocho de cada 10 encuestados (el 81,1%) cree que está preparado para sustituir a su padre y sólo uno de cada 10 (el 10,5%) considera que sus aptitudes no están a la altura del cargo. La controversia a propósito de la larga espera del heredero se reproduce en las diez casas reales europeas reinantes, mayoritariamente encabezadas por monarcas tan venerables como ancianos. La abdicación es una rareza. La última que se recuerda es la de reina Juliana de los Países Bajos, quien cedió la corona a su primogénita en 1980, cuando tenía 71 años, justo los que cumplió en enero Don Juan Carlos. Tras el retiro, Juliana vivió 24 años más, falleciendo en 2004 a la edad de 94 años. De haber ejercido de soberana hasta esa fecha, su hija Beatriz (la reina actual) no habría ocupado el trono hasta los 66 años.

El Príncipe Felipe ocupa el quinto puesto en la lista de herederos europeos con mayor edad, empatado con Federico de Dinamarca, y Alois de Liechtenstein, todos nacidos en 1968. El decano del gremio es Carlos de Inglaterra (61 años), quien celebró su 60 cumpleaños a la par que el 35% de los británicos se pronunciaba en una encuesta a favor de que no ejerciera nunca y cediera la condición de heredero a su primogénito, Guillermo. Al hijo de Isabel II le siguen Carolina de Mónaco (52 años, heredera de su hermano Alberto, a la espera de que éste pueda tener descendencia), Felipe de Bélgica (49 años) y Guillermo de los Países Bajos (42 años).

Más jóvenes que Don Felipe son Haakon de Noruega, quien cumple 36 en julio, Guillermo de Luxemburgo (27 años) y Victoria de Suecia (32 en julio).

Aunque el Príncipe de Asturias se muestra cómodo con su situación y así lo ha insinuado -«ser heredero no es estar a la espera, ser heredero es prepararse para ser Rey»- el asunto de la posible abdicación frecuenta periódicamente los medios de comunicación. Adquirió especial eco en marzo de 2006 cuando el diario Le Figaro, coincidiendo con una visita oficial de los Reyes a Francia, publicó que Juan Carlos de Borbón abdicaría en breve «por problemas de salud» y para «asegurar la sucesión a su hijo». La Casa Real salió al paso del artículo con un desmentido tajante.

De plantearse el Rey la cesión del trono tendría que procederse según lo dispuesto en el punto cinco del artículo 57 de la Constitución: la abdicación habría de resolverse mediante una Ley Orgánica. Ley que precisaría el voto favorable de la mayoría absoluta del Congreso de los Diputados.

SUSTITUIR A LA REINA

La ascensión al trono de Felipe VI, evidentemente, implicaría también el relevo de Doña Sofía. No tienen tan claro los españoles el traspaso de poderes de las consortes reales, aunque la Princesa Letizia aprueba el examen. El 53,7% de los consultados la considera suficientemente preparada para suceder a la Reina. [El 30,2% opina que no].

Su mejor valedora es la propia Doña Sofía, quien ha dicho de ella: «Letizia es inteligente, alegre, sensitiva, atenta, divertida, dinámica. ¡Nada se le pone por delante! Parece frágil, pero es fuerte. Todo eso, para una reina consorte, es bárbaro. Pero lo más importante es su sentido innato del deber. Ha captado como por ósmosis qué es ser princesa, qué es ser reina y cuál va a ser su misión: servicio, servicio y servicio».

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