domingo, 31 de mayo de 2009

ESPELUZNANTE COGIDA EN LAS VENTAS A ISRAEL LANCHO


El diestro de Badajoz Israel Lancho fue el gran protagonista de la vigénsima tarde de San Isidro 2009 en Las Ventas.

El torero recibió una gravísima cornada en el hemitórax izquierdo que le llegó al pulmón. La siutación fue dantesca ya que el cuerno del toro le entró por el estómago.

Según dijo el médico de la plaza al ver entrar al torero, fue "un milagro que la cornada no fuera mortal"

LOS 150 AÑOS DEL BING BEN

REINO UNIDO | Símbolo de Londres
Los 150 años del Big Ben


El Big Ben, el icono más famoso de Londres. | Efe
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* El reloj empezó a funcionar el 31 de mayo de 1859
* No fue hasta el 11 de julio cuando la gran campana sonó por primera vez

Efe | Londres
Actualizado domingo 31/05/2009 05:11 horas



El Big Ben, uno de los símbolos de Londres, cumple este domingo 150 años y lo hace de la misma manera en la que empezó, rodeado de polémica, de escándalos y de intrigas políticas. 'Big Ben' es el nombre con el que se conoce popularmente a la torre que hay en una de las esquinas del palacio de Westminster (sede del Parlamento británico), aunque originalmente el nombre designaba a la mayor de las campanas que forman parte del reloj de la torre.

Empezó a marcar las horas en mayo de 1859 tras la reconstrucción del palacio de Westminster original, que se quemó en 1834. La competencia para volver a levantar el palacio fue feroz y hubo disputas, insultos y demandas judiciales entre quienes querían tener el protagonismo de erigir una nueva sede parlamentaria, tal y como recuerda el diario 'The Times' a partir de las informaciones, los artículos y las cartas que publicó en aquella época.

El reloj es hoy testigo silencioso del escándalo de los gastos privados de los parlamentarios británicos a cuenta del dinero público que ha causado una honda conmoción política y social, una controversia que parece formar parte de su estructura.

Un arquitecto, Charles Barry, y un abogado y relojero aficionado, Edmund Becket Denison, fueron los encargados de erigir la torre y construir el reloj, y su relación fue un desastre. No se soportaban y se culpaban de los retrasos y los gastos presupuestarios extra que supuso la puesta en marcha del reloj, que finalmente empezó a funcionar el 31 de mayo de 1859, aunque no fue hasta el 11 de julio cuando la gran campana sonó por primera vez.

Pocas semanas después, las agujas se pararon y de nuevo Barry y Denison se echaron la culpa mutuamente, al igual que cuando más adelante la gran campana sufrió una grieta, al parecer porque el martillo que la golpeaba para marcar las horas era demasiado grande.
Las quejas de los vecinos

A partir de ahí, la polémica se trasladó a la ciudadanía durante toda una década y 'The Times' reproduce fragmentos de las cartas en las que sus lectores se quejaban de que el sonido de las campanadas no era lo suficientemente imperial o quienes protestaban porque se oía demasiado fuerte incluso desde la distancia.

A pesar de todo, Barry terminó con el título de Sir y Denison con el de Lord, y su papel quedó diluido cuando tomó el control sobre la reconstrucción del Parlamento Benjamin Hall, cuyo nombre según algunos historiadores es el origen del término 'Big Ben'.

Las conmemoraciones del aniversario de este lugar imprescindible de Londres comenzarán este domingo y continuarán el 11 de julio, fecha de la primera campanada, y el 7 de septiembre, cuando se cumplirán 150 años desde que las campanas empezaron a marcar los cuartos con cuatro notas de un pasaje del Mesías de Handel.

Para que todo siga funcionando bien, hoy son tres las personas que cuidan la exactitud del reloj de la torre de Westminster y que tres días por semana (lunes, miércoles y viernes) se encargan de dar cuerda a la gigantesca maquinaria que lo mueve.

El fin de semana se queda vacío, lo que estuvo a punto de parar el reloj el pasado 2 de febrero (un lunes), cuando Londres se paralizó a causa de la mayor nevada de las últimas dos décadas. Paul Robertson, el relojero del 'Big Ben', recuerda que aquel día tuvo que caminar varias horas con nieve hasta la rodilla hasta encontrar una parada de metro que le llevara hasta las inmediaciones de Westminster a tiempo de volver a darle cuerda.

"Cuando le damos cuerda el viernes, dura todo el fin de semana, pero si no llegas antes de las 11 de la mañana se para", afirmó Robertson, quien reconoció que mantener en marcha este reloj tiene hoy en día un valor más simbólico que de utilidad. "Antes la gente comprobaba si sus relojes iban bien mirando al 'Big Ben'. Ahora comprueban si el 'Big Ben' va bien mirando a sus relojes. Si piensan que va atrasado, nos llaman para quejarse".

EL NIÑO LAMA SE HACE AGNÓSTICO

CRÓNICA | Tiene ya 24 años y estudia cine en Madrid
El niño lama se hace agnóstico

Osel, el 'niño' lama, con 24 años y una nueva vida.


* Con 14 meses el lama Zopa lo identificó como la reencarnación del lama Yeshe
* El Dalai Lama ratificó la reencarnación en mayo de 1986
* Desde los seis años y hasta los 18 vivió sometido a la disciplina monacal
* Ahora estudia cine en Madrid

Ana María Ortiz | Madrid
Actualizado domingo 31/05/2009 05:52 horas

Osel, el niño granadino que sorprendió al mundo cuando sólo tenía 6 años al ser identificado como la reencarnación del lama -el guía espiritual de los budistas- se ha convertido en un hombre de 24. Recluido en un monasterio entre los 6 y los 18 años, Osel rompe ahora su silencio y confiesa a EL MUNDO que se siente "desnortado" tras una infancia "llena de sufrimiento".

El objeto que trae en el bolsillo derecho del pantalón -unas bermudas con estampado de camuflaje, muy hippies- es la mejor metáfora del momento vital en el que se encuentra. Osel Hita Torres lo fabricó con sus propias manos hace cinco años, muy poco después de huir del Monasterio de Sera -cuna del budismo, ubicado en el sur de la India, uno de los refugios del exilio tibetano-, y de renunciar al nombre de Lama Tenzin Osel Rimpoché.

La identidad le fue dada en 1986 cuando, siendo él aún un mocoso y después de una exhaustiva búsqueda por todo el mundo, el propio Dalai Lama lo señaló como la reencarnación del venerable Lama Yeshe.

Aún no andaba cuando lo sacaron de su Bubión natal, en Granada, para que iniciara su inmersión en el budismo peregrinando por los centros de Europa y América. Con seis años fue entronizado y enclaustrado en Sera, donde ha sido adorado como una divinidad y educado en la disciplina monacal más férrea. "Con 14 meses ya me habían reconocido y llevado a la India. Me vistieron con un gorro amarillo, me sentaron en un trono, la gente me veneraba... Me sacaron de mi familia y me metieron en una situación medieval en la que he sufrido muchísimo. Era como vivir en una mentira", dice mientras juguetea con una hebra de hilo desprendida de su camiseta.
A los 14 meses fue identificado como reencarnación del lama Yeshe.


A los 18 años dijo basta, se quitó la túnica granate y azafrán y cruzó los muros del monasterio para perderse por el mundo, desapareciendo así de la escena pública. Hasta hoy.

El objeto que saca del bolsillo es una figura con forma de corazón que hace las veces de llavero. Su primera artesanía en cuero -explica-, tres capas de piel curtida, las puntadas con nudos internos para que, si una se rompe, no se desbarate la pieza, tres días de trabajo... Un trabajo muy puntilloso para enmarcar la esfera central, que no es sino una brújula. La aguja le marca claramente los puntos cardinales, pero Osel dice sentirse desnortado.

El amuleto, que siempre lleva consigo, le recuerda que aún busca su rumbo. "La infancia es el periodo más importante de la vida porque es cuando se forma la persona, y la mía fue frustrante y llena de sufrimiento. Mi crecimiento se frenó y hay muchos aspectos en los que aún tengo que madurar: convivencia, sociabilidad, conocerme mejor y saber quién soy... Muchas veces me sorprendo a mí mismo con reacciones en las que no me reconozco, sobre todo en las relaciones, que es donde realmente vemos nuestros colores".

[Se refiere a las relaciones con las chicas. Hasta los 18 años, sólo convivió con los 5.000 monjes del monasterio, todos varones. Ahora tiene pareja].

Ha fijado la entrevista en la céntrica Plaza de España, a las 12.30 de la mañana del miércoles. Se acerca puntual un joven de 24 años, estéticamente también rebelado contra su vida anterior. En lugar del rasurado, luce melena larga, perilla y patillas pobladas, una camiseta desgastada y un par de zapatillas negras agujereadas, con más kilómetros de los que ha podido aguantar la tela.

Osel Hita lleva cinco años viviendo en Madrid, refugiado en una ciudad que le ha sido muy propicia para mantener el anonimato, circunstancia que trata de preservar con especial ahínco. Mientras los medios de comunicación informaban erróneamente de que el llamado "niño lama español" estudiaba cine en Canadá, él volvía a casa con la silueta de una porra policial marcada en el costado tras participar en una manifestación contra la Guerra de Irak en la Puerta del Sol. O hacía de discreto traductor en la conferencia de un maestro tibetano al que le había fallado el intérprete a última hora. Puede, incluso, que usted lo haya obsequiado con alguna moneda creyéndole un artista callejero más.