* Se trata de Giovanni Elmer O. P., de nacionalidad peruana.
* Está acusado de abusar sexualmente de cinco pacientes el mismo día que le contrató la Consejería de Sanidad para realizar una suplencia.
* El acusado atribuye su modo de actuar a una meticulosa práctica profesional encaminada a realizar el mejor diagnóstico.
Un médico acusado de abusos sexuales contra sus pacientes escudó este martes la presunta conducta delictiva en su praxis médica al defender que osculta "a flor de piel" porque "el mejor examen se realiza sin ropa para no alterar los sonidos del cuerpo". "Yo hago un examen global. No me limito a la zona afectada o a lo que diga la paciente. Tengo que asegurar que no haya otras patologías", esgrimió.
El acusado, Giovanni Elmer O.P. (EFE)La Audiencia Provincial de Madrid comenzó esta mañana a juzgar a Giovanni Elmer O. P., de nacionalidad peruana, por supuestamente abusar sexualmente de cinco pacientes el mismo día que le contrató la Consejería de Sanidad para realizar una suplencia en el servicio de Urgencia del Centro de Salud Coronel de Palma de Móstoles. El acusado, que permanece en prisión preventiva, se enfrenta a una petición fiscal de 25 años de prisión. El juicio continuará este miércoles.
En su testimonio, el procesado negó los abusos sexuales y atribuyó su modo de actuar a una meticulosa práctica profesional encaminada a realizar el mejor diagnóstico y a ofrecer el tratamiento médico más oportuno. Además, insistió en que siempre utilizaba guantes como medida biosanitaria, en contra de la versión de las agredidas.
"Manoseaba" sin guantes
Según las víctimas, el médico les obligaba a desnudarse sin ser necesario y les preguntaba por sus costumbres íntimas en la cama, al tiempo que las "manoseaba" sin guantes. Tras oscultarles la parte superior, les indicaba que debían recostarse en la camilla para proceder al examen vaginal. Una de las agredidas denunció los hechos, lo que motivó una investigación policial que detectó que había más víctimas.
Daba igual que la paciente acudiera con dolor de garganta, infección de orina o fuertes dolores menstruales
Durante su declaración, el acusado pormenorizó los partes de asistencia realizados a sus pacientes el 3 de junio de 2007 para ilustrar al fiscal sobre los síntomas que presentaban. En todos los casos, alegó que conforme a la sintomalogía era necesario la realización de un examen ginecológico para descartar cualquier tipo de enfermedad.
Daba igual que la paciente acudiera con dolor de garganta, infección de orina o fuertes dolores menstruales. Según relató, siempre actuaba igual. Realizaba una primera exploración de la parte superior y, a continuación, oscultaba la parte inferior con las pacientes recostadas en la camilla sin ropa.
"Un examen general"
Según apuntó, su tónica de trabajo era un "examen general" y nunca "indagaba" sobre la vida sexual de sus pacientes. Además, insistió en que nunca las ordenó desnudarse, puesto que se limitaba a comentarlas que debían de facilitar la exploración.
Me intentó bajarme el pantalón para comprobar si tenía alguna infección
En el caso de Diana G. R., que acudió a la consulta porque tenía la garganta irritada, el doctor consideró necesario oscultar los ganglios de la axila y de la ingle para descartar una posible mononucleosis porque podría "morir desangrada".
Frente a ello, la víctima aseguró que el médico le desabrochó el sujetador con "una precisión" que la sorprendió para "palparle" el pecho. "Me intentó bajarme el pantalón para comprobar si tenía alguna infección. Me enfadé y tiré para arriba. Me levante y me fui perpleja. No fui consciente de lo que pasó hasta que lo comenté con mi familia", contó.
"Me introdujo los dedos"
A Giovanni Elmer O.P. se le inquirió sobre la exploración que realizó a María del Mar P., quien acudió a la consulta por una infección de orina. El médico le examinó el aparato vaginal para descartar "enfermedades de transmisión sexual" y observó el estado de la uretra. A continuación, le indicó que debía recostarse boca abajo para realizar una exploración anal.
"Me tocaba de arriba a abajo hasta que llegó a mis partes íntimas. Me introdujo los dedos. Luego, dijo que me pusiera boca abajo para verme los riñones. Me sentí mal y me levanté", recordó la joven, quien actualmente recibe tratamiento psiquiátrico. Contó que desde entonces no practica relaciones sexuales.
EUROPA PRESS. 03.03.2009
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