miércoles, 25 de marzo de 2009

ALFREDO DAGNINO: "SER CATÓLICO Y LLEVAR UNA HIJA A ABORTAR ES SER INCONSECUENTE"

Es el gran canciller de la Universidad CEU-San Pablo
Alfredo Dagnino: "Ser católico y llevar una hija a abortar es ser inconsecuente"




Alfredo Dagnino, entrevistado por Levante, explica que la aconfesionalidad significa que "los ciudadanos tienen derecho a la libertad religiosa y obliga al Estado a cooperar con la Iglesia Católica y el resto de confesiones implantadas". Lo que no se compadece con la Constitución es el confesionalismo laicista que pretende erradicar las creencias religiosas de la vida pública. El Estado no puede ser ateo ni laicista y ha de valorar favorablemente el hecho religioso".
(Agencias/ReL) Alfredo Dagnino, Gran Canciller de la Universidad San Pablo-CEU, considera que "los católicos debemos participar en la vida pública" y explica que Benedicto XVI está defendiendo "la sana laicidad de la que ya hablaba Pio XII", la "autonomía del orden temporal frente al espiritual". Afirma Dagnino que "los católicos no somos ciudadanos de segunda y podemos ser fermento de la vida política".

Para Dagnino, "lo que no se compadece con la Constitución es el confesionalismo laicista que pretende erradicar las creencias religiosas de la vida pública. El Estado no puede ser ateo ni laicista y ha de valorar favorablemente el hecho religioso". Y lo explica: "el Estado que participa de la neutralidad religiosa no tiene nada que ver con el laicismo. El Estado es neutral ante el hecho de asumir una religión como propia. Es lo que dice la Constitución. Y dice que los ciudadanos tienen derecho a la libertad religiosa y obliga al Estado a cooperar con la Iglesia Católica y el resto de confesiones implantadas".

Respecto a las movilizaciones ciudadanas contra los matrimonios homosexuales, el divorcio exprés o educación para la ciudadanía y ahora la reforma de la ley de aborto, Dagnino precisa que "no nos llamó la Conferencia Episcopal, aunque hubo presencia de obispos", "a la calle salimos los laicos", porque "entendemos que defender la familia, el matrimonio verdadero y la libertad de educación" es bueno "para el hombre y la sociedad", no sólo para los católicos. "Sobre el aborto, creemos que la vida es un bien a defender en todos los órdenes y en cualquier lugar y tiempo. La legalización del aborto es un mal para la sociedad. La defensa de la vida, incluida la del feto, no es cuestión confesional. La cultura de la muerte no es progresista", concluye.

En respuesta a si la campaña promovida por la Conferencia Episcopal "Protege mi vida", Alfredo Dagnino subraya que los obispos tienen "plena legitimidad para iluminar la conciencia moral de los fieles y de quienes quieran seguirla" y que "resulta curioso que otras campañas tengan carta de legitimidad para hacer lo que quieran y una legítima, incisiva e imaginativa con un poso de gran verdad moleste".

El máximo responsable de la Universidad de la Asociación Católica de Propagandistas no vacila al ser preguntado "qué le parecen los católicos que claman contra el divorcio y el aborto y después son los primeros en romper sus indisolubles matrimonios y llevan a sus hijas a abortar". Afirma que los católicos "cuidamos lo que para nosotros son principios innegociables en la medida en que practicamos una vida cristiana" y por tanto "en el caso de una persona que profese la fe católica y lleve su hija a abortar no hablamos de hipocresía sino de alguien que no es consecuente con su fe".

Sobre la identidad del CEU y su equipo de directivos, gestores y profesorado, Dagnino habla con claridad: "el CEU pertenece a la Asociación Católica de Propagandistas. Es una obra de la Iglesia y al servicio de la Iglesia. No nace como un centro educativo para formar buenos chicos simplemente, sino como obra al servicio de la misión apostólica y evangelizadora. Para eso lo fundó Ángel Herrera Oria".

En ese sentido, concluye el gran canciller de la Universidad Católica, "el CEU tiene una identidad y misión y todos los mimbres que forman la comunidad educativa tienen que estar en esa línea. Independientemente de la solvencia técnica y académica de los profesores, directivos o gestores, han de estar identificados con un proyecto apostólico".

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