miércoles, 25 de marzo de 2009

"EL ABORTO VA CONTRA LA DIGNIDAD HUMANA Y DEGRADA A LA SOCIEDAD QUE LO PRACTICA O TOLERA"


Mensaje de los obispos de Bilbao, Blázquez e Iceta
Los obispos de Bilbao, Ricardo Blázquez y Mario Iceta, han hecho público hoy un mensaje en el que reiteran que "el aborto constituye la eliminación deliberada de un ser humano débil e inocente, por lo que debe ser calificado como gravemente inmoral". Sitúan el aborto dentro de la "cultura de la muerte", junto a la pobreza y hambrunas, el terrorismo, la guerra, la esclavitud o la violencia doméstica, que se ha desarrollado en la "civilización occidental". "Hemos de señalar el aborto como uno de los aspectos que hiere de modo singular la dignidad de la persona y degrada a la sociedad que lo practica o que lo tolera", dicen los prelados en un mensaje elaborado con motivo de la dedicación del año 2009 a la "Oración por la vida".
(Agencias/ReL) Mons. Ricardo Blázquez, y mons. Mario Iceta, obispos de Bilbao, afirman que la anunciada reforma de la Ley respecto a la práctica del aborto, "consiste principalmente en la ampliación de la facultad de abortar", lo que, "lejos de suponer un progreso, constituye un retroceso en humanidad y civilización" y forma parte de "la cultura de muerte que degrada a la sociedad que lo practica y tolera".

En su mensaje con motivo del "año dedicado a la oración por la vida" los prelados reflexionan sobre el lema elegido, “bendito el fruto de tu vientre” (Lc 1, 42), "palabras que dirige Santa Isabel a la Virgen María cuando ambas estaban gestando y que puede y debe ser dirigido a toda mujer encinta: el fruto que portas es un don precioso, un regalo de Dios para toda la humanidad, una promesa de vida, amor y comunión".

"En efecto, toda vida humana es un don inmerecido de Dios para la humanidad, que debe ser acogida con amor y respeto. Desde el momento de la concepción, en el seno de la madre se inicia la apasionante aventura de la vida humana; un nuevo ser creado a imagen y semejanza de Dios; un ser irrepetible, llamado a la comunión con Dios y con todos los hombres, con una dignidad inherente que debe ser reconocida y tutelada", aseguran.

Tanto Blázquez como Iceta aseguran que "la persona humana es siempre un bien" y que "el grado de humanización y grandeza de una sociedad, de una cultura, de una civilización, se mide principalmente por su capacidad de acoger y cuidar a todo ser humano con independencia de sus cualidades, capacidades físicas, estadio vital de desarrollo o utilidad".

Según sus palabras, el progreso experimentado por la civilización occidental, ha dado lugar "a muchos avances", pero junto a ellos no puede olvidarse la "pobreza y exclusión, las nuevas formas de esclavitud, el terrorismo, la violencia doméstica o las guerras y hambrunas que asolan grandes extensiones del planeta". "Todas ellas evidencian la existencia de una cultura de la muerte que ensombrece el horizonte de la dignidad humana. En esta cultura de la muerte, hemos de señalar el aborto como uno de los aspectos que hiere de modo singular la dignidad de la persona y degrada a la sociedad que lo practica o que lo tolera", enfatizan.

Para los obispos de Bilbao, la vida humana, "que constituye siempre un don inmenso y un bien", es "expulsada de su dinámica propia, que es la del amor, el servicio y la acogida, y es sometida a la dinámica del poder, llegando incluso a eliminarla". "En lugar de expresar al recién concebido: eres un regalo para nosotros, eres bien venido, te esperamos con alegría y esperanza; se encuentra con el muro del rechazo y el desamor: no eres bien recibido, tu venida constituye un problema, nos complica la vida, mejor que no vengas, no te queremos", prosiguen.

Mons. Blázquez y Mons. Iceta explican que "el ser humano que acaba de ser concebido es siempre el gran olvidado en el debate sobre el aborto, debiendo más bien ser el protagonista principal. No se le da la oportunidad de continuar la apasionante aventura de la vida, sino que es eliminado con el soporte de una ley, que le deja injustamente desprotegido", agregan."la lógica del don y la gratuidad es sustituida por la lógica del poder, el dominio y el interés", que se encuentra siempre "en la base de todas las agresiones más brutales a la dignidad humana".

También consideran que el aborto "constituye un mal para la mujer gestante" que precisa, "ante todo, de compañía, acogida, cariño y comprensión antes, durante y después del embarazo". El recurso al aborto "nunca es la solución, ni puede considerarse como un derecho", pues "el derecho fundamental, que sustenta todos los demás derechos, es precisamente el derecho a la vida", agregan.

"En las situaciones difíciles y, a veces, dolorosas de un embarazo no deseado, existen muchas formas de ayudar y sostener a la mujer gestante sin que ello sea óbice para proteger y acoger la nueva vida. Estas formas de ayuda han sido insistentemente propuestas y llevadas a la práctica por instituciones eclesiales y civiles que se ocupan con esmero, realismo y eficacia de estas situaciones", agregan los prelados.

Finalmente, instan a que las reformas legislativas "se encaminen a proteger y ayudar, tanto a la mujer gestante como al nuevo ser que merece y necesita ser acogido". "Es ésta una tarea fundamental de las instituciones sociales y de los organismos públicos", para que nuestra sociedad pueda ser "el lugar de acogida donde habite una auténtica cultura de la vida y civilización del amor, una auténtica tierra nueva, único espacio digno para la humanidad", concluyen los obispos bilbainos en su Mensaje.

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