AUSTRIA | Una revista publica una entrevista al 'monstruo de Amstetten'
Fritzl: 'Entiendo el sufrimiento que hice pasar a mi familia, ojalá me olviden'
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Joseph Fritzl en la Audiencia Provincial de Sankt Pölten, que le condenó a cadena perpetua. | Efe
* Reconoce que el testimonio de su hija le hizo darse cuenta de lo que hizo
* 'Sólo quiero el castigo más duro, hasta el final', asegura
"Sólo quiero el castigo más duro, hasta el final". Son palabras de Josef Fritzl, el 'monstruo' de Amstetten, condenado a cadena perpetua por encerrar en un sótano y abusar sexualmente de su hija durante 24 años. "No merezco indulgencia", recalca.
Fritzl reconoce en una entrevista publicada por una revista austriaca, 'News', que el testimonio de su hija ante la Audiencia de Sankt Pölten le hizo darse cuenta, por primera vez, de la verdadera magnitud del daño que le había provocado a Elisabeth y a los siete hijos que engendró con ella.
"Tenía una sensación tan extraña que apenas puedo describirlo, sólo puedo decir que sentí algo diferente sabiendo que ella estaba allí, en la misma sala que yo", dijo Fritzl, de 73 años.
El 'monstruo' de Amstetten estuvo presente durante el visionado de la grabación de 11 horas de duración en la que Elisabeth cuenta sus 8.461 días de cautiverio, las violaciones, los siete hijos que dio a luz en el sótano y su vida en un habitáculo de 60 metros cuadrados, sin ventilación ni luz natural. "Después de eso, sólo quiero el castigo más duro. Hasta el final", añadió.
Detalle del sótano: www.elmundo.es/elmundo/2008/graficos/abr/s4/austria.html
"Cuando me di cuenta de que ella estaba allí, en la sala del juzgado, y me di la vuelta, la vi en el auditorio mirándome. De repente hizo que me sintiera avergonzado, aunque apenas podía oír lo que ella decía", dijo Fritzl, que hasta ese momento había negado los cargos de asesinato y secuestro.
Después de aquello, Josef Fritzl se declaró culpable de todos los cargos en su contra, incluido el de homicidio de uno de los niños nacidos como fruto de las relaciones incestuosas que mantuvo durante 24 años con su hija Elisabeth. "Quise el castigo más duro. Entendí, finalmente, el sufrimiento que hice pasar a mi familia", explicó.
En la entrevista, Fritzl intentó justificar su 'perverso amor' por su familia secreta. "Intenté hacer la vida en el sótano tan agradable como era posible para mi segunda familia, y con el paso de los años se creó una relación entre mi hija y yo", dijo. "Pero no merezco nada mejor. No merezco indulgencia. Supe que tenía que confesarlo todo, no podía ocultar la verdad durante más tiempo", añadió.
Aunque está bajo vigilancia por riesgo de suicidio, dijo que no contempla quitarse la vida. "Me gustaría escribir un libro de disculpas. No para el público, sólo para ella. Intentaré explicar por qué me comporté de una forma tan horrible", confesó. "Sólo deseo que mis víctimas puedan de alguna manera olvidarme y olviden lo que les hice".
elmundo.es | Madrid
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