La crisis se recrudece alarmantemente y se ensaña con los ciudadanos más desfavorecidos. Las situaciones límite provocan actos delictivos en supermercados y tiendas de alimentación, que se han disparado en los últimos 15 días, por lo que las empresas encargadas de los dispositivos de seguridad de los productos han tenido que aplicar nuevas medidas.
En concreto, las alarmas ocultas con las que se protegían los envases de colonia de las marcas más caras amplían su radio de acción y se pueden encontrar ahora en botellas de aceite y latas de comida como la fabada.
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