CATÁSTROFE | Material metálico, combustible y asientos flotando en el agua
Seis barcos navegan hacia los restos de un avión avistados por Brasil en el Atlántico
El avión desaparecido, el pasado 30 de enero en el aeropuerto Charles de Gaulle. | AFP
* Fueron avistados a 650 kilómetros al noreste de la isla de Fernando de Noronha
* 'Es necesario encontrar un número o marca que identifique el aparato'
Rubén Amón (Corresponsal) | Agencias | París
Actualizado martes 02/06/2009 19:49 horas
La Fuerza Aérea brasileña ha encontrado restos de un avión y está investigando si pertenecen al Airbus A330-200 desaparecido en la madrugada del lunes con 228 personas a bordo, entre ellas el sevillano Andrés Suárez Montes y la catalana Ana Negra.
Los restos, que incluyen material metálico, combustible y asientos flotando en el agua, fueron avistados a 650 kilómetros al noreste de la isla de Fernando de Noronha, es decir, a unos 1.000 kilómetros de las costas brasileñas y a aproximadamente 2.000 de Senegal.
Tres barcos mercantes —dos holandeses y uno francés— se dirigen a la zona donde se encuentra posiblemente el avión. También avanzan hacia el lugar una fragata, una corbeta y un buque patrulla brasileños, aunque no se prevé que lleguen antes de la madrugada del miércoles.
"Aún no podemos decir que sean del avión porque es necesario retirar una pieza y que contenga un número o marca que la identifique como parte del avión", afirmó el vicedirector de Comunicación Social de la Aeronáutica, coronel Jorge Amaral.
La importancia de las cajas negras
Las cajas negras —que en realidad son naranjas, aunque el color negro obedece mejor al contexto funerario y al morbo informativo— centrarán la investigación una vez que se encuentre el avión.
Llama la atención la velocidad con que han aparecido los hipotéticos restos. También sorprende la sensibilidad internacional y logística ante el desastre, quizá debida a que en el aparato volaban ciudadanos de más de una veintena de nacionalidades.
París ya ha organizado sus "exequias" el miércoles en la catedral de Notre Dame. Incluso la Gran Mezquita de París ha previsto los correspondientes ritos funerarios. Es la manera de reaccionar a la más que probable muerte de 228 personas, aunque el misterio del accidente puede eternizarse y quedarse sin solución mientras no aparezcan las cajas negras. Y es bastante difícil que ocurra, empezando porque su peso las hundiría al fondo del Atlántico, donde la profundidad supera los 4.000 y los 5.000 metros.
El dato reviste interés porque las cajas negras no podrían emitir señales ultrasónicas demasiado reconocibles en tales circunstancias. Incluso en caso de detectarse el origen de la señal, tampoco sería sencillo llegar a ellas por la adversidad de las condiciones.
Un mes de plazo
"Si hicieron falta meses para llegar al Titanic, que era un transatlántico inmenso, figúrense encontrar en el océano unos artilugios que miden como el envoltorio de un sombrero", decía Derek Clark en nombre de una compañía escocesa que fabrica cajas negras y toda suerte de artilugios para la aviación civil y militar.
El ministro de Defensa, Hervé Morin, sostiene que no hay elementos suficientes para mencionar un atentado terrorista, pero también considera temerario que pueda resolverse el misterio del accidente asegurando que un rayo partió el avión. De ahí la importancia de encontrar las cajas negras, cuyo 'disco duro' aloja todos los detalles técnicos del vuelo y hasta las conversaciones de los pilotos.
El tiempo para recuperarlas no puede exceder de un mes. A partir de entonces se apagan, dejan de emitir señales. Es verdad que aparecieron en 2004 las cajas del avión que sufrió un accidente en Sharm-el-Sheij, pero estaban a una profundidad de 1.000 metros y pudieron recuperarse 15 días después del accidente.
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