martes, 2 de junio de 2009

UNA HISTORIA DE AMOR TRUNCADA

CATÁSTROFE AÉREA | Ana Negra, una de las desaparecidas
Una historia de amor truncada


Imágenes del lugar en el que se celebró la boda. | Efe
[foto de la noticia]

* La pareja vivía en un apartamento en Dubai desde hacía dos años y medio
* Ella regresaba a Barcelona para pasar unos días con su familia

Ana Romero |
Actualizado martes 02/06/2009 19:04 horas


A punto de despegar del aeropuerto de Rio de Janeiro con destino a París, Ana se acordó de que su marido, con el que acababa de casarse hacía 25 días, no tenía cómo entrar en casa. "Deja la llave debajo del felpudo para cuando llegue Javier", le pidió por sms a su vecina de apartamento en Dubai (Emiratos Arabes Unidos), donde la pareja vivía desde hacía dos años y medio.

Este fue uno de los últimos mensajes enviados por Ana Negra Barrabeig, de 28 años, quien nunca llegó a la capital francesa y cuyos restos están siendo buscados en las profundidades del Atlántico. Casi al mismo tiempo que Ana enviaba este sms, Javier Alvarez Quero, de 38 años, despegaba en otro avión desde São Paulo, en un vuelo directo que había de llevarlo a Dubai. Tras pasar la luna de miel en Brasil, ella regresaba a Barcelona para pasar unos días con su familia, y él volvía a Dubai para reincorporarse a la consultora de la que es socio. Ana no aterrizó en París y en Dubai, Javier tampoco llegó a levantar la alfombrilla en busca de la llave.

La noticia de la desaparición del avión de Air France llegó a Dubai antes que Javier. Hacia las ocho de la tarde del lunes, la pequeña y estrecha comunidad española en este emirato árabe ya empezó a sospechar lo peor. A las once de la noche, cuando Javier aterrizó en el aeropuerto de Dubai, se encontró con dos queridos amigos y con un equipo médico de Emirates, la compañía de Dubai en uno de cuyos aviones Javier salió de São Paulo el domingo en vuelto directo de casi 24 horas al otro lado del globo. Los pilotos del avión de Emirates en el que viajaba Javier también sabían ya lo ocurrido, pero no le dijeron nada para que estuviera más arropado.

A las once de la noche, cuando Javier aterrizó en el aeropuerto de Dubai, se encontró con dos queridos amigos y con un equipo médico de Emirates

Así, fueron dos de sus mejores amigos los que le comunicaron la noticia. El equipo médico le suministró un calmante. Uno de los amigos se quedó a dormir con él en el apartamento. Hoy, Javier ya vuela de regreso a Madrid, donde le espera su familia. Según fuentes diplomáticas, Javier continuará viaje después a París. Para este joven economista madrileño, llueve sobre mojado. Antes de conocer a Anna en Dubai, ya había perdido a su novia, quien falleció muy joven de una enfermedad.

Esta dramática historia ha dejado conmocionada a la comunidad española en Dubai. Allí, en el pico oriental de la península arábiga, vive aproximadamente el 70% de los 1.300 españoles censados en Emiratos Arabes Unidos (EAU), un país del tamaño de Andalucía. Los españoles de Dubai, como los de Abu Dhabi, la capital federal, o Al Ain, la capital espiritual, tienen un perfil muy parecido al de Ana y Javier: jóvenes, muy preparados profesionalmente, y con niños pequeños (o con ganas de tenerlos pronto, como era la idea de esta pareja).



Esta mañana, muchos seguían llorando. Con Ana y con Javier habían hecho los planes típicos de los expatriados de Dubai: dormir en el desierto para ver las estrellas, organizar una paella en Jebel Ali o celebrar una fiesta de cumpleaños en una de las "villas", que es la denominación allí de los chalés donde suelen vivir los extranjeros occidentales. Ana y Javier tenían también un barco, como tantos 'expats'(la jerga utilizada allí para referirse a los expatriados). Muchos fines de semana se dedicaban a pasear por las aguas del Golfo Pérsico.

Antes de conocer a Anna en Dubai, ya había perdido a su novia, quien falleció muy joven de una enfermedad

"Decir que eran encantadores suena a lo típico cuando pasa algo así", dice una amiga de Anna desde Dubai, "pero en el caso de esta pareja era totalmente cierto: eran encantadores. Y él estaba tan enamorado de Ana. Ella también, claro, pero es que a él se le caía la baba. No paraba de decir la suerte que tenía de haberse encontrado a Ana y haberse enamorado de nuevo después de lo que había sufrido al perder a su anterior novia".

El jueves, a las ocho de la tarde, los españoles de Dubai oirán una misa en la iglesia católica de San Francisco de Asís, en Jebel Ali, a la entrada de Dubai. En EAU, a diferencia del resto de los países de Arabia, existe la libertad de culto (excepto para judíos y budistas). Esa tolerancia, que se extiende al vestido (está permitido el biquini pero no el topless) y al alcohol (se puede beber en los hoteles) es la que atrae a muchos jóvenes españoles como Ana y Javier. En los últimos tres años, desde que esta pareja llegó a Dubai, se ha duplicado el número de residentes españoles y el número de empresas españolas radicadas allí.

En Dubai se les conoce como a 'Los Delta': españoles en su mayoría, jóvenes y con masters de las mejores escuelas de negocio de España

El factor económico influye casi tanto o más a la hora de instalarse allí. Ir a EAU ahora es como 'hacer las Américas' en un pasado todavía reciente. Era el caso de Ana y Javier. Ella trabajaba para la consultora estadounidense Oliver Wyman, y él es socio fundador, junto a otros dos españoles, de la consultora de telecomunicaciones Delta Partners. En Dubai se les conoce como a 'Los Delta': españoles en su mayoría, jóvenes y con masters de las mejores escuelas de negocio de España.

Una de las últimas fiestas a las que acudieron Anna y Javier, junto a otros 'delta', antes de casarse, fue precisamente para despedir a un equipo español del programa 'Callejeros', que había ido a Dubai a rodar un documental. Ana participó en el rodaje, en el Creek (una especie de río), durante más de cinco horas. Como la boda era inminente, había muchas bromas. Sus amigos recuerdan algunas de ellas: "Javier quiere volver a Madrid y yo a Barcelona. Como no nos podemos de acuerdo, nos quedamos en Dubai". El destino ha querido otra cosa para ellos. En Dubai, ahora sólo queda tristeza.

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