miércoles, 18 de febrero de 2009

LANCEY EL PRIMER PERRO CLONADO POR ENCARGO


Lancey nació hace diez semanas (el pasado 18 de noviembre) en Corea del Sur. Y hace apenas unos días (el 26 de enero) viajó desde allí, y en primera clase, hasta el aeropuerto internacional de Miami, con escala en San Francisco, para ser entregado a sus legítimos propietarios en Boca Ratón, Florida. Edgar y Nina Otto llevaban meses esperando el gran momento. Y desde luego que al ver por primera vez a Lancey, un precioso cachorro de labrador, debieron pensar que había valido la pena gastar hasta el último de los 180.000 dolares que tuvieron que pagar por tener esta nueva versión del que fue su perro favorito. Porque Lancey es, también, el primer perro del mundo clonado por encargo por una empresa privada y entregado con éxito a sus compradores.


La historia de Lancey empezó a escribirse en enero de 2008, cuando los Otto perdieron a su mascota preferida, un labrador llamado Sir Lancelot. Tras guardar celosamente su ADN, el matrimonio fue una de las cinco familias que pujaron (y ganaron) en la subasta organizada el pasado mes de julio por la compañía BioArts International. Y lo que se subastaba era precisamente la oportunidad de clonar a su desaparecido mejor amigo. En octubre, las muestras genéticas del perro original ya estaban en manos de la Sooam Biotech Research Foundation de Seúl, en Corea del Sur, la empresa que presta sus "servicios de clonación" a BioArts.


Y el 18 de noviembre nació Lancey, que fue amamantado y criado durante diez semanas por su "madre de alquiler", hasta que emprendió el largo viaje que le llevaría a su nuevo hogar. El matrimonio Otto ha tenido varios perros desde que residen en Boca Ratón, pero Sir Lancelot, el donante genético de Lancey era, para ellos, único. "Era -asegura Edgar Otto- el más humano de todos los perros que nunca haya tenido. Era un príncipe entre los perros".


La clonación de este perro ha sido posible gracias al acuerdo alcanzado por el presidente de BioArts, Lou Hawrhorne, con el polémico científico surcoreano Hwang Woo-Suk, el mismo que en 2004 y 2005 engañó al mundo entero tras la publicación en Science de dos artículos en los que aseguraba haber conseguido clonar células madre embrionarias humanas. Considerado como un héroe nacional en su país, Hwang fue acusado un año después de uno de los mayores fraudes científicos de la historia, ya que ningún otro laboratorio del mundo consiguió repetir sus experimentos. Acosado por la comunidad científica internacional, Hwang cayó en desgracia, admitió su engaño y en octubre de 2007 perdió su puesto de investigador estrella en la Universidad Nacional de Seúl.


A partir de ese momento, dedicó sus esfuerzos al sector privado, que le ha reconocido el mérito de haber conseguido, en 2005, la primera clonación de un perro (un pastor afgano al que llamó "Snuppy"). Ahora se dedica, como en el caso de Lancey, a clonar mascotas por encargo. Un lucrativo negocio no exento de críticas y dilemas éticos. ¿Vale realmente la pena dedicar tantos recursos para crear réplicas de perros por encargo cuando millones de mascotas son abandonadas cada año por sus dueños? El matrimonio Otto de Boca Ratón, Florida, desde luego que piensa que sí...

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