lunes, 9 de marzo de 2009

EN CLASE TAMBIÉN SE APRENDE A DORMIR


Un joven dormido en un aula (Foto: Sergio González)
PRIMER PROYECTO SOBRE SUEÑO

* Un programa logra que los adolescentes adquieren buenos hábitos de sueño

MADRID.- De alimentación, de deporte, de educación sexual, de prevención de adicciones o de anorexia... Pero, hasta ahora, nunca se había realizado un programa preventivo escolar para los problemas de sueño de los adolescentes. Y funciona.

Un estudio confirma que este tipo de medida, además de novedosa, es efectiva y logra disminuir uno de los problemas más prevalentes en los escolares: el sueño escaso y malo.

Los adolescentes necesitan una media de ocho o nueve horas diarias de sueño, pero la realidad es bien distinta. "Hasta un 58% de los adolescentes españoles de 14 a 16 años acude a clase habiendo dormido menos tiempo. La falta de descanso es uno de los problemas de mayor prevalencia actual aquí y en los países desarrollados. La sociedad está transmitiendo a los jóvenes que dormir es perder el tiempo y la oportunidad de hacer otras cosas, como chatear", explica a elmundo.es Gonzalo Pin Arboledas, uno de los mayores expertos en problemas de sueño en menores y director de la Unidad del Sueño del Hospital Quirón de Valencia.

Sus datos no difieren mucho de los aportados en la nueva investigación que apuntan a que antes de 'poner a prueba' el programa educativo, el 95% de los 81 alumnos participantes de 15 a 17 años [reclutados en dos colegios australianos] confesó padecer algún tipo de problema con el sueño.

Específicamente, un 53% admitió dormir un número de horas insuficiente; un 60% reconoció no poder conciliar el sueño hasta 30 minutos o más después de irse a la cama, mientras que un 35% admitió pasar el día entre bostezo y bostezo. Y, además, el 34% reconoció no planificar la hora de levantarse de la cama los fines de semana.

Con estas declaraciones, los autores del trabajo, Lynette Moseley y Michael Gradisar, de la Escuela de Psicología de la Universidad Flinders (en Australia), decidieron probar su programa: 'Mejorando el bienestar de los adolescentes: de día y de noche', tal y como recoge el último número de 'Sleep'

Divididos en dos grupos, la mitad de los alumnos recibió cuatro sesiones de 50 minutos a la semana en las que, además de ahondar en los hábitos de vida saludables (ejercicios y dieta sana), se les educó en el 'buen sueño'. Los componentes formativos fueron: las necesidades y las prácticas del sueño en la adolescencia; consecuencias del mal hábito; regularización en la hora de despertar; buena higiene del sueño y estrategias cognitivas y de comportamiento para mejorarlo. La otra mitad no recibió ningún tipo de instrucción.

Disminuir la ingesta de cafeína, de alcohol y la práctica de actividades que se asocian a acostarse tarde (chatear, hablar por teléfono, ver la televisión, entre otros) fueron algunos de los consejos impartidos por los profesionales.
Dormir más

Gracias a una evaluación de los chicos antes de probar el programa, después de impartirlo y a las seis semanas de su finalización, los autores constataron "que el método ayuda a los adolescentes a adoptar una rutina el sueño en poco tiempo", aclaran los investigadores.

La intervención escolar facilitó además un cambio de comportamiento "al no existir tanta diferencia en la hora de levantarse entre diario y los fines de semana, reduciéndola a 30 minutos. La regularización en la hora de despertarse contribuye a un sueño saludable", recalca el trabajo. Además, un 57% de los asistentes a los cursos manifestó su intención de aumentar a nueve las horas diarias de sueño.

"Los programas de sueño escolares son un modelo prometedor de intervención para mejorar los hábitos de sueño en los adolescentes. Son coste-eficaces y promueven tanto el conocimiento como la práctica de un sueño sano", determinan los investigadores en sus conclusiones.

El doctor Arboledas Pi que recuerda que. la Academia Americana de Medicina del Sueño, recomienda "que se debe informar a los profesores y al sistema educativo en general del sueño y sus problemas, además de estimular la inclusión de temas relacionados con el sueño en programas educativos".

También, y según esta entidad "se debe estimular la inclusión de temas relacionados con el sueño en programas educativos, recomendar horarios teniendo en cuenta las peculiaridades del adolescente, además de evitar incluir en el currículo las materias duras antes de las nueve de la mañana".

Pese a estas recomendaciones y las elaboradas por los especialistas españoles que apoyan los programas educativos sobre sueño, en nuestro país aún no se ha puesto en marcha ninguna iniciativa de este tipo.


PATRICIA MATEY

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