domingo, 8 de marzo de 2009

GUIA DE NEPAL



Nepal. El país de las maravillas
Numerosas compañías operan a precios asequibles


Cómo llegar


No existen vuelos directos desde España a Nepal. Royal Nepal Airlines (93 452 63 68) lo hace vía París y Londres. Qatar Airways vuela a Kathmandhú desde París (unos 8 50 €) o desde Londres (desde 643 €). Una opción más barata es volar a Delhi (India): Royal Jordanian o Lufthansa vuelan por menos de 600 €. Y desde aquí, Indian Airlines (www.indian-airlines.nic.in) tiene vuelos diarios a Kathmandú (unos 74 €). También puedes ir en tren hasta la frontera, aunque resulta más lento y pesado.

Cómo moverse

Viajar por Nepal puede ser desesperante: caminos de montaña, cortes y derrumbamientos de carreteras por el monzón, vehículos que no pasan de los 50 km por hora . . . Por eso una buena solución es el avión. Hay aeropuertos por todo el país y numerosas compañías que operan a precios asequibles (unos 70 € el trayecto). Si vas por carretera lo mejor es alquilar un coche o jeep con conductor, que te cuesta unos 24 € cada 100 km. Y si quieres más libertad, alquila una moto (necesitas el permiso internacional): desde 4 o 5 € al día.


Dormir


En Pokhara, el hotel mejor ubicado es el Fewa a (61 5201 51. www.hotelfewa.com/ Unos 22 €), al mismo borde del lago Pewa. A lo largo de toda la ribera encontrarás casas de huéspedes por entre 3 y 5 € e incluso un camping junto al lago. Cuanto más al norte del lago más tranquilo y más barato.

Chhetri Sisters (61 240 66) lo llevan tres hermanas nepalís, que ofrecen también servicios de mujeres guía y porteadoras. En la capital, el Kathmandú Guest House (1 441 36 32. Entre 3 y 48 €) es el punto de referencia y encuentro de viajeros. En pleno centro. Algo más al norte está el hotel Thamel (1 417 643), es de los mejores a buen precio (18 €) .

Más sencillo pero limpio y con vistas una fuente histórica, el hotel Crown (1 416 285; unos 4,5 €). Los más lujosos están en Durbar Marg, la calle que sale del Palacio Real Nuevo, con restaurantes caros y tiendas occidentales.

El Yak & Yeti (1 424 89 99. www.yakandyeti.com/ desde 160 €) es uno de los más prestigiosos.


Concéntrate: yoga y golf


En los alrededores de Kathmandú y de Pokhara es posible jugar al golf en cañones, junto a bosques y con vistas a las montañas himalayas.

Uno de los más finos es el Gorkana Forest Golf Resort (1 45 04 44 un complejo a todo lujo con hotel, spa... Y a 6 km de Pokhara, el Himalayan Golf Club. Por 30 € los 18 hoyos (con caddy). Algunos viajeros vienen atraídos por el yoga o para aprender alguna técnica oriental de masaje. Puedes encontrar desde grandes centros retirados donde sumergirte a fondo en cursos de varios días o probar alguno de los muchos cursos de hasta un día que se ofertan en carteles de la ciudad.

El Ananda Yoga Center, en el valle de Kathmandú, realiza retiros de 5 días por unos 60 €. Nepal es también popular por la práctica de meditación, que puedes realizar en monasterios como el de Kopan (a 9 km de Kathmandú). Pero reserva al menos diez días para ello.


NEPAL

Pokhara, el principio de una experiencia

En su pequeño territorio (equivalente a un tercio de España) se concentran algunos de los paisajes más increíbles y variados: desde las altas cumbres del Himalaya, al norte, hasta el profundo valle del Terai, al sur. En medio: los ríos más bravos, prolífica vida salvaje, parques naturales y sagrados templos hindúes y budistas.

Nepal no es sólo para alpinistas y aventureros, es perfecto para los amantes de la naturaleza. Con un mínimo de buena forma física puedes recorrer a pie el Himalaya, o visitar aldeas y pueblos de distintas etnias en bicicleta.


POKHARA


Moverte por tierra en Nepal no es fácil y requiere mucho tiempo. Por ser tan montañoso no tiene servicio de tren. Y los destartalados y casi siempre abarrotados autobuses Tata (marca que acapara estos vehículos en India y Nepal) tardan hasta ocho horas en recorrer 200 km.

Casi todos los turistas entran al país por la capital, Kathmandú, aunque también es muy común hacerlo desde la India, por el oeste, en tren o por carretera. Y la mayoría pasa su viaje entre el valle de Kathmandú, la zona del Everest y, a veces el macizo de los Annapurnas, todo en la parte centro y nororiental del país. La variedad de diversiones, paisajes y lugares es tanta que resulta un viaje increíble.


Pokhara y trekking al Himalaya


Para llegar a Pokhara, la otra capital turística de Nepal junto a Kathmandú, si vienes del oeste por la Mahendra Highway, tienes que desviarte en Butwal y tomar la Siddarta Highway. El cambio de paisaje, cada vez más montañoso y de profundos barrancos es espectacular, aunque durante el monzón esta carretera se corta con frecuencia por los corrimientos de tierra. A mitad de camino se encuentra Tansen, fue la capital del antiguo reino de Palpa por su estratégica situación entre las montañas y la llanura.

Verás sus casas blancas en lo alto de una ladera. Aunque hay que desviarse un poco de la carretera, es un buen alto en el camino, tanto por ver sus edificios antiguos como por las vistas de los Himalayas que hay desde aquí.

Llegar a Pokhara después de haber estado en cualquier otra parte de Nepal es casi como alcanzar el paraíso, un pequeño descanso, aunque sea una especie de isla para el turista occidental. A la orilla del lago Pewa, el mayor de los tres que tiene, se extiende una sucesión de hoteles, pizzerías, agencias de viajes, artículos de montaña, bares con bailes folclóricos, zumos tropicales (1,5 €) y pastelerías de estilo alemán. Es un lugar perfecto para dar paseos en barca por el lago, darte un masaje o hacer un curso de yoga.

Pokhara se ha convertido en una especie de campamento base para los que van a emprender un trekking por el macizo de los Annapurnas o para descansar después de hacerlo. Una buena forma de pasar el día aquí, es alquilar una bici (0,6 € al día) en cualquiera de las tiendas de montaña junto al lago. Siguiendo su orilla hacia el sur, acércate hasta Devi Fall, la cascada que viene del Pewa y desaparece en una gruta subterránea. A sus puertas, siempre están los puestos de artesanía tibetana (el campo de refugiados está cerca). Después, prueba los auténticos momos en Ajima Newari Khasa Ghan (Streejana Chowk), un pequeño restaurante local (0,25 € el plato, con sopa). O cruza el bullicio de la parte urbana para llegar a alguno de los templos del norte, como el Binde Basini, dedicado a la diosa hindú Kali, donde cada mañana hacen sacrificios. Junto a él, entra en el monasterio budista, donde puedes ver a los novicios preparando ceremonias o estudiado.

Un trekking por las montañas del Himalaya

En el macizo de los Annapurnas se encuentran algunos de los más espectaculares
No conocerás realmente Nepal si no haces un trekking por las montañas del Himalaya. En el macizo de los Annapurnas se encuentran algunos de los más espectaculares. Uno de los más populares por su belleza y poca dificultad es el que sigue la ruta de peregrinación al monasterio de Muktinath, en el distrito de Mustang. El permiso (14 €) y más información se obtiene en la oficina de Annapurna Conservation Area Project (Lakeside, P. O . Box 183 Hariyo Kharka. 6 1 21 102 282 02.).

Desde Birethanti, a 47 km de Pokhara. Esta ruta lleva 8 o 9 días. Puedes hacerlo con una agencia, pero es más barato contratar un guía (5 o 6 € al día) y, si quieres, porteador (por un poco menos). A lo largo de todo el camino encontrarás un gran número de restaurantes y alojamientos, sencillos pero acogedores. Los distintos pobladores de estas montañas de etnias magar, gurung, thakali... han habilitado los caminos con empedrados y escalones, para poder pasar con las mulas, sus únicos medios de transporte. Pero no te confíes, los desniveles son bastante pronunciados (estás en las montañas más altas del mundo). Lo más asombroso es la variedad de paisajes: pasarás por jungla, paisajes suizos, cascadas y caudalosos ríos y, al final por las montañas descarnadas y marrones de la cercana planicie tibetana.

Siempre con las cumbres nevadas de fondo. A destacar del camino: En Tatopani, relájate en sus aguas termales, pasa la noche en Gorepani y madruga para ver el amanecer desde Poon Hill (3.200 m), con vistas a los picos más importantes de esta área. Y quédate un día en Tukuche, un pueblo precioso con casas de tejado plano y decoradas con madera tallada, en el banco del río Kali Gandaki. Aquí está la Dutch Guest House (entre 2 y 5 €), el mejor alojamiento de todo el camino. Lo lleva Patrick, un holandés casado con una nepalesa.

La comida (prueba la sopa de setas) es excelente. En este pueblo también hay una antigua destilería donde puedes comprar un fuerte licor de melocotón, manzana, naranja o zanahoria (1,5 € el litro). Visita también el monasterio budista de Marpha y el ecomuseo de Jomsom. Desde Jomsom es posible coger un avión de vuelta a Pokhara (60 €), con alguna de las tres compañías que operan (Cosmic Air es una de las que más vuelos tienen).

La mayoría hace esta ruta al revés: vuelan a Jomsom y vuelven a pie. El motivo es que el fuerte viento obliga a cancelar muchos vuelos y puedes quedarte varios días aislado.

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Rumbo a Kathmandú

Cita de lo divino y lo cotidiano

De Pokhara a la capital hay 200 km, que puedes realizar en autobús. Los turísticos son más cómodos y rápidos (8 horas). La compañía Green Line (14 25 75 44 y 14 25 38 85. www.catmando.com/greenline/) tiene autobuses de lujo por 15,30 € con comida; salidas diarias. Como es una ruta bastante transitada, puedes coger un taxi (si va de regreso tras dejar a alguien sale a mitad de precio: 25 €).

La capital de Nepal, Kathmandú, es una ciudad bastante pequeña si la comparas con otras ciudades asiáticas, multitudinarias y caóticas. Hay casi tantos templos como casas, algunos bastante descuidados. Desde pequeños altares en la base de un árbol hasta pagodas muy ornamentadas y de tejados dorados, cualquiera es valioso para hacer ofrendas a los dioses (el 90 % de la población es hinduista). Aquí lo cotidiano se mezcla con lo religioso (barberos y vendedores en las escalinatas de los templos), deidades indias con las estupas budistas...

Es en el barrio de Thamel donde se alojan la mayoría de los turistas. Bajo un desorden de carteles se preparan expediciones y excursiones, se hacen compras o se disfruta de la comida de sus muchos restaurantes. Desde aquí podrás visitar los monumentos más importantes del país, ya que tanto Kathmandú como las otras dos ciudades del valle, Patán y Bhaktapur, concentran los conjuntos más ricos.

Durbar Square no es sólo patrimonio de la humanidad. También es el centro de actividad de Kathmandú, una plaza entre pagodas y palacios, por donde circulan rickshaws (carros tirados por bicicletas), vendedores ambulantes, sadhus (santones hindúes) a la pesca de una propina... Contempla el ambiente desde lo alto de la escalinata Maju Deval. Los extranjeros tienen que pagar 2,5 € para entrar en esta área, aunque un solo ticket vale para entrar y salir de aquí durante un mes. Dentro del antiguo palacio Real (el nuevo está al norte de Kathmandú), el palacio del mono, puedes ver su museo (3 €. Cerrado los domingos y lunes).

En un edificio colindante, en el Kumari Bahal, vive la diosa viviente, una niña elegida por varios ritos que al llegar a la pubertad es sustituida por una nueva. Verla es difícil para los extranjeros, pero a veces conceden permisos a grupos que lo solicitan con anterioridad.

Dedica al menos un día para visitar cada uno de los otras dos ciudades reales: Patán y Bhaktapur. Hace falta tiempo para asimilar la aglomeración de edificios palaciegos y religiosos que se arremolinan en sus plazas, con sus esculturas, finas tallas de madera en los balcones, grandes estatuas de piedra, tejados escalonados de las pagodas... Lo mágico de estos lugares es que en ellos se realizan tareas cotidianas como aventar el arroz, modelar barro o jugar a las cartas bajo los porches.

Entre monos y oraciones tibetanas

El valle de Kathmandú está lleno de santuarios hinduistas y budistas, todos ellos dignos de una visita. Especialmente los de Pasupatinath , el templo hindú más importante de todo Nepal y la estupa de Boudha , a 5 y 6 km, respectivamente, al este de la ciudad.

Este último, te interesará si te interesa el budismo tibetano, no sólo por la cantidad de refugiados tibetanos que aquí viven, sino porque se encuentra en la antigua ruta comercial entre Tíbet y Nepal. Ven al atardecer para participar en las oraciones. Tampoco debes perderte el templo budista de Swayambhunath, en una colina a sólo 2 km al oeste de Kathmandú. Puedes llegar en coche o subir la larga escalera. Además de ser uno de los signos más reconocibles de todo Nepal (la estupa con los ojos de buda sobre un fondo dorado), desde aquí obtendrás una increíble vista de la ciudad y del valle.

Textos: Ruth Pereiro
Foto: José Ramón Núñez

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