viernes, 13 de marzo de 2009

¿QUÉ TRÁMITES HAY QUE CUMPLIR PARA INVESTIGAR CON CÉLULAS MADRE EN ESPAÑA?


Células musculares derivadas a partir de células madre embrionarias (Foto: Reuters | Alexey Terskikh | Burnham Institute for Medical Research)

NORMATIVA ACTUAL
¿Qué trámites hay que cumplir para investigar con células madre en España?

* Los expertos coinciden en la seguridad del marco legal español para estos estudios
* No está aún claro qué organismo autorizaría un ensayo en humanos en nuestro país
* Dos organismos de Sanidad comparten la tarea mientras se aclaran los cauces legales

MADRID.- El presidente Barack Obama acaba de dar un paso ampliamente esperado por los investigadores estadounidenses. A partir de ahora, la investigación con células madre embrionarias deja de estar proscrita en EEUU y también podrá beneficiarse de la financiación de organismos públicos. Pero, ¿qué ocurre en España? ¿Qué requisitos se requieren para manipular en los laboratorios con este sensible y polémico material? ¿Sería posible en España un ensayo clínico como el autorizado recientemente en aquel país para reparar lesiones medulares?

Para comprender el complejo y estricto marco legal que rodea a esta cuestión en nuestro país es importante distinguir entre dos fases de la investigación: lo que pasa en los laboratorios (la fase preclínica) y lo que ocurriría después si algún investigador quisiera probar la eficacia de alguna terapia celular en humanos (lo que se conoce como ensayo clínico). De momento, esta segunda parte se queda en una mera hipótesis, porque no existe en nuestro país ningún ensayo clínico autorizado con células madre de origen embrionario (es decir, obtenidas a partir de embriones sobrantes de procesos de fecundación artificial); únicamente se trabaja con adultas (por ejemplo, obtenidas de la grasa de una liposucción, del cordón umbilical o de la médula ósea).

En lo que a la fase 'de laboratorio' se refiere, existe un estricto control para utilizar este sensible material, que tiene la capacidad de convertirse en cualquier linaje celular del organismo. Tanto los trabajos con células de origen embrionario como con las llamadas iPS (células adultas reprogramadas para que tengan propiedades similares a las embrionarias) deben ser previamente autorizados por la comisión de garantías que fue creada durante la redacción de la Ley de Investigación Biomédica, un comité que depende de la Subdirección General de Investigación en Terapia Celular y Medicina Regenerativa, dependiente del recién creado Ministerio de Ciencia e Innovación. Amén de las licencias para los investigadores que quieran realizar estos proyectos y el visto bueno para los laboratorios donde se van a llevar a cabo (que deben cumplir las llamadas 'Good Manufacturing Practices').


(Foto: AP | Paul Sancya)
A juicio de Damián García Olmos, director de la Unidad de Terapia Celular del madrileño Hospital de La Paz, este comité es muy riguroso, "y certifica que los grupos o laboratorios cuentan con todas las garantías necesarias". O como apunta Juan Carlos Izpisúa, director del Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona: "Creo que el marco legal es estricto y riguroso, como debe ser si se quieren considerar exhaustivamente todos los posibles riesgos (que los hay) de estas estrategias tan novedosas".

Una idea en la que coincide Rosario Sánchez Pernaute, de la Fundación Inbiomed: "La mayoría de la gente tiene expectativas no realistas en cuestión de plazos, pero los que estamos en los laboratorios sabemos que podría ser más lento, porque nos preocupa muchísimo la seguridad". De hecho, una de las limitaciones de las células madre embrionarias y que está retrasando su 'salto' al ensayo clínico es la posibilidad de que puedan ocasionar tumores en los receptores, algo que hay que descartar por completo antes de iniciar cualquier prueba con humanos.
¿Y para aplicarlas en humanos?

Cuando ese obstáculo quede solventado completamente y llegue la hora de probar la eficacia de las células madre de origen embrionario en pacientes de carne y hueso, los trámites establecidos para autorizar un ensayo clínico son los mismos que para cualquier terapia celular, como explica Anna Veiga, coordinadora del Registro Europeo de Células Madre Embrionarias.

"En las agencias del medicamento hay básicamente farmacéuticos, y todo este campo les producía cierto temor en sus inicios", señala Natividad Cuende

Es decir, a partir del momento en que las células (bien sean embrionarias o sus 'gemelas' las iPs) quieran probarse con fines terapéuticos en humanos, deberán someterse a los mismos controles por los que ya pasan las células madre adultas. En ese momento, cuando el ensayo implique inyectarlas en humanos para comprobar su eficacia, las células pluripotenciales pasan a ser consideradas un 'fármaco' y la investigación requiere el visto bueno de la Agencia Española del Medicamento; dependiente en este caso del Ministerio de Sanidad.

Y ahí comienza el pequeño embrollo burocrático en el que andan metidas la Agencia Española del Medicamento y la recién creada Dirección General de Terapias que dirige Augusto Silva. Un escenario que va resolviéndose prácticamente sobre la marcha, a medida que se producen avances en este campo.

"La aparición de las terapias celulares pilló a las agencias reguladoras con el pie cambiado. ¿Cómo iba a ser una célula igual que una pastilla?", señala Natividad Cuende, directora ejecutiva de la Iniciativa Andaluza de Terapias Avanzadas. "Hay que tener en cuenta que en las agencias del medicamento hay básicamente farmacéuticos, y todo este campo les producía cierto temor en sus inicios. Esta falta de expertos en terapias celulares es la que está provocando un retraso en la respuesta administrativa a los ensayos con células madre que se solicitan", critica Cuende.

El problema, como reconoce Augusto Silva, es que las terapias celulares no son estrictamente 'medicamentos' en el sentido de que no pueden producirse aún de manera industrial. "Y por este motivo aún no está totalmente establecido quién tiene las mejores competencias [para autorizar ensayos clínicos con células]". Si la Agencia del Medicamento o su propio departamento (ambas adscritas a Sanidad).

Mientras esa cuestión se resuelve, reconoce, "trabajamos entre los dos". Es decir, expertos de este departamento asesoran a la Agencia en las cuestiones más científicas, y la Agencia se encarga de los aspectos más puramente reguladores. "La frontera no está muy bien definida, pero estamos trabajando para que los cauces sean fluidos y podamos acortar los plazos", reconoce Silva. "Tratamos de crear la situación más cómoda para los investigadores", apunta.

"La investigación con células madre embrionarias llegará pronto al paciente y sería conveniente disponer de un circuito claro y ágil", afirma Carlos Simón

Hasta ahora, España puede presumir de tener 14 líneas celulares de fabricación propia, cinco de ellas obtenidas en Barcelona, cinco en Valencia y las cuatro más recientes en Andalucía. En total, aclara Silva, hay alrededor de 50 proyectos solicitados en los últimos años; algunos de ellos ya en marcha: "sobre todo para reparar tejido cardiaco, cicatrización de heridas y fístulas y algo menos en materia de diabetes o enfermedades neurológicas".

Lo ideal, reconoce, "sería que los plazos fuesen más cortos, pero estamos trabajando para crear una estructura sólida y que el investigador sepa cómo hacer las cosas, reduciendo costes, burocracia y tiempo".
Agilizar trámites

A pesar de las quejas que proceden de Andalucía, García Olmo reconoce que los grupos que trabajan en este terreno se han reunido varias veces en el último año con la Agencia del Medicamento y las cosas empiezan a cambiar. "Se nota que este organismo está haciendo un esfuerzo importante para agilizar los trámites", asegura este cirujano. "Al principio, esto de las células madre asustaba un poco, y ese miedo retrasaba todo mucho". A su juicio, todos los implicados coinciden en que "no hay que rebajar ni un ápice las garantías y exigencias de seguridad, al tiempo que se logra que los permisos no tarden más que para un medicamento normal".

De hecho, según las explicaciones de Cuende, los 'procedimientos especiales' que abarcan tanto a las células madre como a las terapias génicas, por ejemplo, pueden tardar hasta seis meses en recibir el visto bueno de la Agencia del Medicamento, frente a los 60 días de un ensayo clínico ordinario, con una pastilla.

"Este retraso nos sitúa en desventaja competitiva frente a otros países", se lamenta Cuende, que espera que esta situación cambie pronto. "Desde Andalucía, pedimos al Gobierno que aproveche el hueco que deja abierto la ley del medicamento para que sea la Dirección General de Terapias Avanzadas y Trasplantes la que autorice estos ensayos clínicos con células madre y no la Agencia del Medicamento".

A juicio de Izpisúa, "si bien el proceso era un poco confuso en un principio, hay que tener en cuenta que se estaba entrando en un terreno desconocido para todos". Eso sí, asegura que "siempre he encontrado extraordinariamente receptivos y dialogantes a los organismos competentes, dirigidos en su día por Agustín Zapata y posteriormente por Agustín Silva. En estos momentos nuestra experiencia con el Ministerio de Ciencia e Innovación es muy positiva y el proceso es bastante ágil y transparente".

Como resume Carlos Simón, investigador del Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia (CIPF), "la investigación con células madre embrionarias va a llegar pronto al paciente y sería conveniente disponer de un circuito claro y ágil" para la autorización de los trabajos. "A mí me da igual que lo regule la comisión de festejos o cualquier otra, siempre que la vía esté clara; pero da la sensación de que nadie lo tiene claro por ahora".

García Olmo se muestra más optimista, y reconoce que éste es un terreno cambiante, que evoluciona cada día con nuevos descubrimientos: "Todos estamos cambiando el chip y la Agencia del Medicamento se va adaptando". Antes (hace menos de un año), recuerda, "teníamos un disgusto tremendo por lo lento que iba todo, los plazos legales se incumplían sistemáticamente". Con un material tan sensible como las células madre, insiste, lo primero es cerciorarse de su seguridad: "Las células que usemos en pacientes, adultas o embrionarias, tienen que ser tan seguras como cualquier otro medicamento. Nos podemos equivocar en que sean menos eficaces de lo que pensamos, pero nunca en una cuestión tan delicada como los riesgos".

Una idea en la que coincide Rosario Sánchez Pernaute: "Hay algunas empresas por el mundo inyectando células madre sin ningún tipo de control, y eso da pavor. Los plazos en España son razonables para certificar las cuestiones de seguridad".

De momento, no hay ningún ensayo con células madre embrionarias solicitado ante las autoridades españolas, aunque como apunta Izpisúa, "habiendo vivido en primera persona los extraordinarios avances logrados en los últimos cinco años en este terreno, no me sorprendería que viéramos los primeros ensayos clínicos en nuestro país en tres o cinco años". Eso sí, "no será antes de que se haya comprobado exhaustivamente en el laboratorio (en modelos in vitro y animales) que estas terapias son seguras y eficaces".

MARÍA VALERIO

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