BRASIL | El proyecto causa rechazo fuera y dentro del país
Río de Janeiro lanza un plan para construir muros en torno a las favelas
Muro en la favela Dona Marta. | Efe
* Los trabajadores no se quitan el chaleco antibalas ni para descansar
* Saramago califica el proyecto como 'un monumento a la discriminación'
Ramy Wurgaft | Buenos Aires
Por el camino que abrieron los ingenieros militares, en medio de la maraña del bosque, asciende una fila de camiones transportando módulos de hormigón y herramientas. Adelante y detrás del convoy avanzan los vehículos blindados del Batallón de Operaciones Especiales (BOPE) que le sirven de escolta. Tan pronto como cesen las lluvias, una empresa civil cuyo nombre no ha sido divulgado, dará comienzo a la construcción de un muro de tres metros de altura, en torno a Rocinha, la favela más grande de Brasil y uno de los mayores enclaves del narcotráfico en Sudamérica.
Para entonces, el BOPE habrá desplegado cerca de 200 hombres en el contorno, con la misión de proteger a los obreros ante un eventual ataque de las bandas que controlan la favela. Una misión de alto riesgo considerando que los paramilitares narcos poseen un arsenal de rifles de asalto, lanzamisiles e incluso de aparatos de visión nocturna. El cercamiento de esta ciudadela de 200.000 habitantes forma parte de un proyecto de 22 millones de dólares, que contempla la edificación de estructuras similares alrededor de las once barriadas que se extienden al sur de Río de Janeiro, sobre los cerros que dominan las playas de Ipanema y de Copacabana.
El plan arrancó en Dona Marta, un asentamiento que pende de las faldas del monte Corcovado, donde la firma Vento Sul Engeharia ha tenido que interrumpir las obras en dos oportunidades. Primero, por un deslizamiento de tierras que arrastro parte de la muralla y luego por evitar que los obreros quedaran atrapados entre dos fuegos, durante un operativo de la Policía contra los narcotraficantes. Los trabajadores no se quitan el chaleco antibalas ni para descansar y un helicóptero sobrevuela el perímetro durante toda la jornada.
Voces de denuncia
El plan de amurallar las favelas ha desatado una ola de rechazo dentro y fuera de Brasil. El premio Nobel de Literatura, José Saramago, calificó el proyecto en ciernes como "un monumento a la discriminación". En su blog, el escritor portugués dice: "Tuvimos el Muro de Berlín, tenemos muros en Palestina y ahora en Río. Quien hubiera pensado que esto pudiera ocurrir en la ciudad maravillosa de la Bossa Nova y del Cristo Redentor". La escuela de samba "Unidos da Botafogo" envió una carta a la ONU, denunciando el plan de "levantar guetos en el corazón de Río".
Para Sergio Cabral, gobernador de Río de Janeiro, las críticas son "demagogia pura". Por boca de sus asesores, aclaró que el proyecto no fue diseñado para combatir el crimen –como publican los diarios- sino para frenar el crecimiento de las favelas a expensas del bosque nativo. "Si no se adoptan medidas serias, en menos un siglo Tijuca se habrá quedado sin árboles", dijo el portavoz Eusebio Coutinho, en referencia a la mayor reserva natural urbana del mundo.
La amenaza que acecha al parque proviene de Rocinha, donde la densidad demográfica, de 9.800 personas por kilómetro cuadrado (superior a la de las zonas más pobladas de Teherán) hace que los pobladores busquen nuevos espacios para escapar del hacinamiento. Los objetores del plan consideran que los argumentos de Cabral son un agravio a la inteligencia de los cariocas.
"En el 2002 y en el 2004 se planteó la idea de levantar empalizadas como respuesta al recrudecimiento de la violencia dentro y fuera de las favelas. Es inútil que Cabral pretenda camuflar el proyecto invocando la protección del medioambiente", expresó José Miralles, presidente del Consejo Vecinal de Rocinha.
El Muro, como se le denomina en singular, encontró a un defensor en la persona de Maciel Laportta, ex comandante del BOPE. "Los principales beneficiados serán los propios vecinos. Con la barrera en pie, habrá menos operativos dentro de la favelas y por consiguiente, menos víctimas inocentes". En cuanto a la capacidad de los narcotraficantes de Rocinha de sabotear el proyecto, Laportta considera que las bandas de Comando Vermehlo y de Amigos de Amigos (ADA)- se han debilitado a causa de las guerras que emprenden por el control de la favela. "En los últimos meses perdieron a más de veinte efectivos y en su lugar han tenido que reclutar a niños que no saben manejar un arma. Aunque pactaran una tregua, no están en condiciones de oponer resistencia", afirma Laportta.
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