martes, 12 de mayo de 2009

EL PAPA RECUERDA QUE "LA CONFIANZA ES UN ELEMENTO ESENCIAL PARA EL DIÁLOGO EFECTIVO" ENTRE RELIGIONES

El Santo Padre aboga por la reconciliación entre judíos y cristianos

El Papa recuerda que “la confianza es un elemento esencial para el diálogo efectivo” entre religiones



12/05/2009 | Iván de Vargas. Enviado especial a Israel

Tras visitar el Muro de las Lamentaciones, en su segundo día en Israel, el Papa Benedicto XVI se ha reunido con los dos grandes rabinos de Jerusalén en el Centro “Hechal Shlomo”, a quienes ha manifestado que “la confianza es un elemento esencial para el diálogo efectivo” y que “la Iglesia Católica está irrevocablemente comprometida en el camino indicado por el Concilio Vaticano para una auténtica y duradera reconciliación entre cristianos y judíos“.

Así, el Santo Padre ha expresado su satisfacción por el fruto producido por el diálogo entre las delegaciones de la comisión de la Santa Sede para las Relaciones Religiosas con los Judíos y la del gran Rabinato de Jerusalén para las Relaciones con la Iglesia Católica.

“Judíos y cristianos están interesados por igual en asegurar el respeto por la sacralidad de la vida humana, la centralidad de la familia, una sólida educación de los jóvenes, la libertad de religión y de conciencia para una sociedad sana“, ha recordado. Unos temas, como ha dicho el Pontifice, que representan sólo la fase inicial de aquello que esperamos sea un sólido y recio camino hacia una mejor comprensión recíproca.

Además, el Papa ha querido subrayar la buena voluntad de los delegados para discutir abierta y pacientemente los puntos de discordia. Por este motivo, seguramente el viaje del Benedicto XVI a Israel ha allanado el camino para una colaboración más eficaz en la vida pública entre los cristianos y judíos en Tierra Santa.

Además, el Papa ha llamado a una reflexión de cuanto comparten las tres grandes religiones monoteístas -cristianismo, judaismo e islam-: “Cada una cree en un solo Dios, creador y regulador de todo. Cada una reconoce a Abrahám como su antepasado, un hombre de fe a quien Dios concedió una especial bendición. Cada una ha reunido incontables seguidores en el curso de los siglos y ha inspirado un rico patrimonio espiritual, intelectual y cultural“.

En un mundo herido por las divisiones, el Papa ha subrayado que el lugar sagrado musulmán de Jerusalén es a la vez estímulo y desafío para que los hombres y las mujeres de buena voluntad “se empeñen en superar incomprensiones y conflictos del pasado y se sitúen en la vía de un diálogo sincero orientado a la construcción de un mundo de justicia y de paz“. Ciertamente, las autoridades jordanas han demostrado un verdadero ejemplo de coexistencia y colaboracion entre cristianos y musulmanes. El Santo Padre ha exhortado tambien a evitar la tentación de llevar a cabo tal diálogo “con rechazo o ambigüedad acerca de sus posibilidades de éxito”.

“Podemos comenzar por creer que el Único Dios es la fuente infinita de la justicia y de la misericordia -ha insistido-; quienes confiesan Su nombre tienen el deber de comprometerse decididamente por la rectitud imitando Su clemencia, pues ambas actitudes están intrínsecamente orientadas a la pacífica y armoniosa coexistencia de la familia humana”.

Rezo en el Cenáculo

Benedicto XVI visitó también el Cenáculo, el lugar de la Última Cena de Jesús, donde dijo que los cristianos de Oriente Medio están contribuyendo “de manera responsable, a pesar de las dificultades y restricciones, a la consolidación de la paz” en la región.

Por tercera vez en la historia, un Papa entró hoy en el Cenáculo, primera sede de la Iglesia naciente, donde Jesucristo instituyó los sacramentos de la Eucaristía y el orden sacerdotal, durante la Última Cena con los Apóstoles. Después de que lo visitara en 1964 Pablo VI y nueve años después de que Juan Pablo II oficiara misa en ese lugar, hoy Benedicto XVI rezó el Regina Coeli (que sustituye al ángelus en tiempo de pascua) junto con los patriarcas, obispos y la Custodia Franciscana de Tierra Santa.

Tras expresar su satisfacción por pisar el lugar “donde según la tradición Dios abrió su corazón a sus discípulos y celebró el Misterio Pascual”, según dijo, el Papa resaltó la labor que hacen los cristianos en Tierra Santa, donde son una exigua minoría entre la mayoría musulmana y judía.

“Los cristianos en Oriente Medio están contribuyendo, como ciudadanos leales y responsables, a pesar de las dificultades y restricciones, a la promoción y al consolidación de un clima de paz en la diversidad”, dijo el Papa. El Santo Padre expresó su afecto y solidaridad a los cristianos “que viven en situación de inseguridad humana, sufrimiento diario, miedo y esperanza“. El Pontífice animó a los cristianos a no abandonar Tierra Santa “y echar raíces en la tierra de sus antepasados” y a ser “mensajeros y promotores de paz”.

Benedicto XVI ha pedido a los fieles de todo el mundo que apoyen a la comunidad cristiana de Tierra Santa, a la que expresó su gratitud por el servicio que ofrecen a los peregrinos que la visitan. Tierra Santa es una maraña de pequeñas comunidades católicas, que sólo llegan al 1,81% de la población.

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