INTERCAMBIO P2P | Polémica
La ley 'antipiratería' francesa llega a una Asamblea dividida
La ley contra la 'piratería' en Internet comienza a discutirse en la Asamblea Nacional. Fue aprobada en el Senado con unanimidad y velocidad el pasado 30 de octubre, pero la segunda lectura se antoja bastante más controvertida.
Entre otros motivos, porque algunas señorías del propio partido gubernamental (UMP) comparten con la oposición socialista, con los proveedores de Internet y con muchas asociaciones de consumidores la sensación de que el texto legislativo promovido por Nicolas Sarkozy abusa en las medidas represivas y se inhibe de la prevención.
En términos prácticos, le ley en cuestión implica que el usuario sorprendido en un acto de 'piratería' se arriesga a permanecer desconectado entre dos meses y un año. Dependerá, en realidad, de la gravedad del sabotaje, aunque la nueva ley francesa también concede al internauta un margen de cautela: toda 'suspensión' será efectiva a partir de la tercera advertencia.
Se ocupará de comunicarla y de gestionar la antipiratería una autoridad independiente. Ya tiene un nombre (Hadopi) y un hercúleo horizonte profesional, puesto que la ministra de Cultura francesa, Christine Albanel, sospecha que la cifra de infractores cotidianos podrían redondear los 10.000 casos.
Problemas
La cifra es tan vistosa como el dinero que va a costar desarrollar el dispositivo de vigilancia -70 millones de euros-, aunque las pretensiones de la tutela se topan con algunos problemas técnicos que hoy mismo divulga la prensa francesa.
No todas acciones ilegales del internauta, por ejemplo, pueden localizarse a través de la dirección IP, sin olvidar que la 'piratería' puede también hacerse 'directamente' mediante 'streamming', es decir, sin necesidad de descargar la información, tal como ocurre, por ejemplo, con el portal YouTube.
A la izquierda francesa le preocupa especialmente que la ley socave la privacidad del ciudadano y criminalice a los internautas, mientras que los rebeldes del UMP prefieren la aplicación de multas y el cierre de los portales subversivos antes que llevar a efecto la desconexión de los hogares 'incriminados'.
Conviene recordar que el 36% de los usuarios habituales de Internet confiesan haber pecado de 'piratería'. Un porcentaje más elevado entre los franceses de entre 18 y 25 años (57%) y prácticamente inexistente entre los mayores de 65 años (1%).
Consumidores en pie de guerra
Las críticas más radicales provienen de las asociaciones de consumidores. Todas ellas consideran que el proyecto sarkozysta es "monstruoso, inútil, represivo y desmesurado". Especialmente, sostienen, porque la defensa de la industria cultural beneficia a las grandes compañías tanto como perjudica a los usuarios.
"Es una manera de acosar y de reprimir los hábitos al uso en 15 millones de hogares franceses. La ley va a masacrar a los pequeños consumidores de cultura, todo ello de manera agresiva y desproporcionada", señala unión de consumidores UFC.
El Gobierno francés discrepa. Entre otras razones porque, a juicio del presidente Nicolas Sarkozy, la 'piratería' ha diezmado la industria del disco y ha comprometido la viabilidad económica del cine y de la televisión.
Desde esta perspectiva, se explica que Francia ocupe la segunda plaza del mundo en el volumen de descargas ilegales, aunque la ministra de Cultura se felicitaba de poner coto al albedrío de los piratas nacionales. "Sabemos que es imposible terminar en un 100% con los actos de 'piratería'. Ahora bien, estimamos que la nueva ley puede descender esta actividad ilegal hasta un 70% o un 80%", explicaba la ministra Albanel a propósito del texto.
Rubén Amón (Corresponsal) | París
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