DEFENSA | Cambios en la provincia de Badghis
La nueva pesadilla de las tropas españolas en Afganistán
El nuevo gobernador de Badghis, Delbar Jan Arman. | Foto: Mònica Bernabé
* 'Espero que trabajemos juntos como hermanos', afirma el nuevo gobernador
* 'La corrupción en este país es consecuencia de casi 30 años de guerra'
Mònica Bernabé | Kabul
Este señor de cara amable y tocado con turbante puede convertirse en la nueva pesadilla de las tropas españolas en Afganistán, así como de los trabajadores de la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID) que llevan adelante los proyectos de reconstrucción en el país. Delbar Jan Arman —así se llama el individuo— ha sido nombrado nuevo gobernador de Badghis, la provincia bajo responsabilidad española en el noroeste de Afganistán, donde se encuentran destacados unos 220 efectivos.
El cargo no es baladí, pues con este personaje es con quien las fuerzas y cooperantes españoles se deberán coordinar y negociar para llevar a cabo cualquier actuación en la provincia. A la vista de su trayectoria, no obstante, Arman puede llevar Badghis al desastre y arrastrar con ello a las tropas españolas. Al menos eso es lo que ha hecho en Zabul, una de las volátiles provincias del sur de Afganistán, donde ha sido gobernador durante casi cuatro años.
Se pregunte a quien se pregunte, las referencias sobre Arman son siempre las mismas. Los diputados del Parlamento afgano originarios de Zabul y los periodistas locales hablan básicamente pestes del que era hasta ahora gobernador de la provincia. Los ejemplos son múltiples. "La corrupción ha crecido a niveles nunca vistos", asegura por teléfono un reportero afgano, que relata que este invierno diversas ONG intentaron distribuir comida y mantas entre las familias necesitadas de la provincia, y curiosamente mucha de esa ayuda fue a parar a manos de funcionarios de la oficina del gobernador.
Los derechos de las mujeres también resultaron afectados durante el mandato de Arman. "Tres mujeres murieron asesinadas por sus familias por los denominados crímenes de honor, y el gobernador no movió ni un dedo para castigar a los responsables. Incluso las mujeres salieron en manifestación a la calle en Qalat [la capital de Zabul] para protestar", explica otro periodista local.
Sin embargo, lo que realmente hizo colmar el vaso fue la decisión del gobernador de destruir un millar de tiendas que había a pie de la carretera que une Kabul con Kandahar, a su paso por Zabul, para hacer la vía más ancha y construir un parque. Las demoliciones se hicieron sin compensación alguna y los comerciantes llevaron sus protestas a Kabul. Se manifestaron ante el Parlamento y tal vez eso fue lo que llevó al presidente afgano, Hamid Karzai, a hacer un cambio de cromos.
La semana pasada, Karzai decidió de forma unilateral trasladar a Zabul el hasta ahora gobernador de Badghis, Ashraf Nasery —un hombre que ha destacado por su brillantez y buen entendimiento con las fuerzas españolas—, y llevar a Badghis el gobernador que nadie quiere en Zabul.
La conexión estadounidense
Arman, no obstante, cuenta con el favor de alguien: las tropas estadounidenses de la Fuerza de Coalición que llevan a cabo la denominada operación Libertad Duradera, nada que ver con la misión de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF), en la que se encuentran encuadrados los efectivos españoles. La relación de Arman con los norteamericanos ha sido casi como una luna de miel y, durante su mandato en Zabul, se multiplicaron los bombardeos de civiles y arrestos de líderes tribales a manos de los estadounidenses, aseguran los reporteros locales.
Este buen entendimiento, sin embargo, viene de lejos. Originario de la provincia de Khost, de etnia pastún, y padre de cinco hijas y tres hijos, el hasta ahora gobernador de Zabul estudió en el Instituto Afgano de Tecnología en Kabul durante los años 70 y después completó su formación como técnico eléctrico en las provincias sureñas de Helmand y Kandahar, con la ayuda de instructores estadounidenses.
Con la invasión soviética de Afganistán, cogió las armas y luchó en las filas del partido Hezb-e-Islami, de Gulbuddin Hekmatyar, uno de los más destacados criminales de guerra de Afganistán y considerado responsable de muchos de los atentados contra las tropas internacionales y afganas en la actualidad.
Colaborar 'como hermanos'
Arman habla un inglés impecable, es un buen orador y pretende actuar como un hombre de mente abierta. Intenta agasajar a esta periodista con una mesa llena de fruta, dulces, y bebidas, e incluso le presenta a su esposa, algo inverosímil en Afganistán, donde las mujeres no se muestran ante los extraños bajo ningún concepto.
El nuevo gobernador de Badghis reconoce sin tapujos que en Zabul la población no le puede ver ni en pintura. "Ya llevaba muchos años en el cargo y la gente se cansa, quiere cambios", justifica. También admite que ordenó la demolición de centenares de comercios y que eso encendió aún más los ánimos en la provincia. "Los vecinos se manifestaron, pero eso forma parte del juego democrático. Destruí las tiendas porque así lo marcaba el plan urbanístico y también para mejorar la seguridad en la zona, pues había muchos atentados suicidas", argumenta.
Sobre Badghis, Arman dice que no ha estado allí en su vida, pero que tiene constancia de que "las tropas españolas están haciendo una buena labor". "Espero que trabajemos juntos como hermanos", resalta. En cuanto a la corrupción, no le ve solución. "La corrupción en este país es consecuencia de casi 30 años de guerra, y de que nuestro personal no está capacitado", sentencia. "Así pues, es algo que va para largo y que necesita paciencia", opina. Eso es lo que posiblemente necesitarán los efectivos españoles en Badghis con lo que les espera.
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