ENERGIAS RENOVABLES
La crisis de las cajas y el ajuste del Gobierno hunde el sector solar
Central Solar fotovoltaica en Cenicientos, Madrid.|El Mundo
Baltasar Montaño
Una historia de éxito que puede morir precisamente de eso, de éxito. En menos de dos años (2007 y 2008), España se convirtió en la punta de lanza del boom del sector fotovoltaico a nivel mundial.
El desarrollo de este negocio ha sido tan fulgurante, gracias a las altas primas que se abonaban por megavatio instalado, que España es ya el primer país del mundo por generación de energía solar por habitante y el segundo en términos absolutos, por detrás de Alemania.
Pero la burbuja se ha pinchado. La crisis financiera y la falta de liquidez en los mercados, el cambio de la normativa por la que se rige este sector y el drástico recorte de las primas han provocado la primera gran crisis de este negocio.
BP Solar (+0.03 / +0.56%), filial del gigante británico British Petroleum, ha echado el cierre en España tras 25 años de historia y ha despedido a 480 empleados; Isofotón, líder mundial en fabricación de placas fotovoltaicas, otrora modelo a seguir en investigación y desarrollo, está casi parada y ha despedido a 170 empleados; Pevafersa, líder en Castilla León, ha tenido que prescindir de más de 250 empleados; Gamesa Solar (+0.23 / +1.92%), referente mundial de las energías verdes enarbolado incluso por el mismísimo Barack Obama, ha tenido que cerrar su planta de Aznalcóllar (Sevilla).
AIG, gigante financiero estadounidense venido a menos, ha abandonado España al vender sus cuatro parques solares; y casi 50 pequeñas y medianas empresas del sector han tenido que cerrar desde enero, según los datos de la patronal fotovoltaica Asif, que advierte que ya se han destruido casi 20.000 empleos en el sector.
¿A qué se debe tan triste panorama?
Varias causas confluyen en un cóctel que ha frenado en seco, pero también ha devuelto a la realidad a un sector que ha vivido en una ensoñación. "No es normal que en menos de un año (2008) se haya instalado en España más potencia fotovoltaica (2.600 megavatios) que en el resto del mundo el año anterior (2.400 megavatios)", señalan fuentes del Ministerio de Industria para justificar el cambio normativo que ha pinchado la burbuja.
Desde el 30 de septiembre de 2008, cada megavatio/hora instalado recibe una prima de 320 euros, frente a los 450 que cobraban antes. Además, Industria ha limitado a 500 megavatios el cupo anual de potencia a instalar en España al año, frente a los 800 que pedía el sector.
Pero lo que ha dado la puntilla al sector ha sido la crisis financiera. Los parques fotovoltaicos, a razón de una media de seis millones de euros por megavatio, son muy intensivos en inversión en el momento inicial de puesta en marcha.
Hasta el año pasado, a este sector habían llegado chorros de inversión provenientes del saturado negocio del ladrillo. Pero el crash inmobiliario ha cortado ese chorro, mientras la crisis financiera también ha segado el flujo de préstamos que con bastante facilidad concedían las entidades financieras a las empresas fotovoltaicas.
Los más afectados
Al ser un negocio local o regional, pues los parques se desarrollan en zonas geográficas muy concretas con gran exposición al sol, el fiel aliado de los promotores había sido, hasta ahora, la caja de ahorros de turno. "Ahora, las cajas se han vuelto muy exigentes y sólo dan créditos a los proyectos más grandes", denuncia un promotor pequeño.
El escándalo de la Caja Castilla-La Mancha ha terminado por tumbar las ilusiones de mucho promotor pequeño. Y es que el riesgo asumido por las cajas en el negocio inmobiliario ahora pasa factura, por extensión, al fotovoltaico, pese a que es un negocio predecible y seguro pues el Gobierno garantiza por ley las primas.
"Muy pocas cajas respaldan ahora nuestros proyectos", denuncian los promotores pequeños.Los grandes no tanto. "El problema de la financiación es global, no sólo del sector fotovoltaico. Es un negocio muy intensivo en inversión y necesita financiación, pero nuestro verdadero problema es que el sistema de cupos no prima los mejores proyectos, sino los más antiguos", defiende Juan Laso, responsable de la otra patronal del sector, AEF.
José María González Vélez, presidente de la Asociación de Energías Renovables, incide: "Si hay algún sector que puede dar confianza para que los bancos y cajas confíen al prestar su dinero ése es el renovable".
La realidad de la nueva normativa
Pese a estas optimistas opiniones de algunos líderes patronales, la realidad es cruda, especialmente para las pymes. No reciben financiación y han puesto avales para optar a las autorizaciones de la nueva normativa. Muchos han cerrado y otros han optado por el llamado mercado secundario fotovoltaico, en el que venden su autorización para desarrollar un parque a inversores más poderosos con músculo financiero.
Fuentes de Industria, por su parte, recuerdan que los cupos eran necesarios para poner orden en un sector desenfrenado. "A la hora de seleccionar los proyectos prima el acto administrativo previo, otorgado por las CCAA, en orden cronológico".
El sector espera como agua de mayo la publicación de la segunda convocatoria con los nuevos adjudicatarios, que ya va con retraso.
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