domingo, 1 de marzo de 2009

BENEDICTO XVI INCIDE EN EL VALOR DEL AYUNO



En su mensaje para la Cuaresma

En su mensaje cuaresmal, que este año lleva por título “Jesús, después de hacer un ayuno durante cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hambre”, Benedicto XVI se detiene a reflexionar sobre “el sentido del ayuno“, una práctica que en nuestra sociedad hedonista ha perdido “su valor espiritual”.

Así, el Papa explica como el ayuno contribuye “a dar unidad a la persona, cuerpo y alma, ayudándola a evitar el pecado y a crecer la intimidad con el Señor“. Esta práctica “tiene como último fin ayudarnos a cada uno de nosotros”, como escribía Juan Pablo II en su Encíclica Veritatis Splendor, “a hacer don total de uno mismo a Dios”, añade.

Por lo tanto, el Santo Padre recomienda que en cada familia y comunidad cristiana “se valore la Cuaresma para alejar todo lo que distrae el espíritu y para intensificar lo que alimenta el alma y la abre al amor de Dios y del prójimo”. El Pontífice piensa, especialmente, “en un mayor empeño en la oración, en la lectio divina, en el Sacramento de la Reconciliación y en la activa participación en la Eucaristía”. Benedicto XVI invita también a mantener viva la actitud “de acogida y atención hacia los hermanos” y anima a intensificar “la escucha de la Palabra de Dios y la limosna”.

Iván de Vargas

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