El cáncer podría probar en breve su propia medicina. Investigadores norteamericanos estudian la efectividad de una nueva terapia contra la enfermedad basada en el uso de células cancerígenas inhibidoras. El oncólogo Carlos Cordón-Cardo, profesor de Patología de la Universidad de Columbia (EE. UU.) y reconocido experto en células tumorales, avanzó ayer que en Estados Unidos se ha iniciado un estudio con diez pacientes de cáncer de mama a los que se ha aplicado ya esta terapia y del que se tendrán resultados preliminares a comienzos de 2010.
Con este nuevo procedimiento, los expertos pretenden utilizar las células madre adultas, que después malignizan y aislan, como «caballo de Troya» para neutralizar la enfermedad e inhibirla en las fases de mayor susceptibilidad. El oncólogo, afincado en Estados Unidos desde 1979 y que durante 24 años ha dirigido el área de anatomía patológica del Memorial Sloan Kettering Center, explicó que del trillón de células que tiene el cuerpo humano, varios millones mueren cada día y se reponen. «No obstante, algunas de las células madre adultas, por situaciones de estrés, por inflamación del tejido o por causas que aún se desconocen, se convierten en malignas y se aislan», explicó el especialista. Añadió que «son precisamente estas células con capacidad de inhibición, las células diana para la transformación maligna, las que están centrando las investigaciones». En el encuentro sobre cáncer de mama, organizado en Barcelona por el Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEIMA), participaron también otros reconocidos expertos como el catalán Joan Massagué, director adjunto del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona e investigador del Memorial Sloan Kettering Center, quien avanzó los resultados de algunas investigaciones desarrolladas por su equipo contra la metástasis cerebral.
Metástasis cerebral
Massagué, que lleva años centrado en identificar los mecanismos que promueven la metástasis, adelantó que se está estudiando «cómo entran las células tumorales en el cerebro y provocan la metástasis cerebral, la más mortífera, con el objeto de identificar una diana terapéutica». «Estamos empezando a ver hacia dónde van los tiros», dijo, y recordó que un 10% de los casos de cáncer de mama pueden conducir a este tipo de metástasis.
El investigador precisó que las células cancerígenas utilizan para atravesar la barrera cerebral algunos genes como los que usan para penetrar en el pulmón junto con otros que les permite «colarse» por las juntas de los capilares.
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