lunes, 20 de abril de 2009

LA EDUCACIÓN DIFERENCIADA ESTÁ DANDO MUY BUENOS RESULTADOS ACADÉMICOS

La educación diferenciada está dando muy buenos resultados académicos

Los niños con las niñas no aprenden igual

Educar de la misma manera a niños y niñas es injusto porque se iguala lo diferente



20/04/2009 | Julieta López Jorge

Que el cerebro tiene sexo es una realidad objetiva que todos los científicos afirman ante los avances de la neurociencia del actual siglo XXI. El cerebro de los niños y de las niñas goza de un exacto promedio de inteligencia, pero existen diferencias en su composición química, anatomía, riego sanguíneo y metabolismo que indican que el ritmo de aprendizaje entre niños y niñas es distinto.

El pedagogo Víctor García Hoz afirma que si en una clase se explica de una forma lenta, razonada y analítica, las niñas se aburren. Pero si explicamos de forma ágil, rápida y explícita, los niños se pierden.Una adecuada información de las características propias de cada sexo ayudará a comprender mejor a nuestros hijos. A no asombrarse por la hiperactividad, violencia y competitividad de los chicos y a no comparar con la tranquilidad, madurez y emotividad de las jóvenes. El adaptar el aprendizaje es fundamental para conseguir que ambos alcancen el máximo rendimiento de sus posibilidades. Sería injusto pedirles a los niños que consigan el mismo nivel que las niñas en el ámbito verbal o pedirles a las niñas una visión espacial característica de los niños producida por sus hormonas.

Ambos están sometidos a unos modos de actuar, pensar y sentir en función de cada sexo. El querer igualar lo diferente es claramente una injusticia. Hay una actitud actual que pretende unificar los sexos por una mal interpretada igualdad. Por ello se les pide a los chicos que se comporten como señoritas y a las chicas que olviden con mayor rapidez las características propias de su feminidad, convirtiendo a las personas en seres asexuados. La educación mixta fue el secreto para que en los 80 con este tipo de educación se destruyeran los métodos de moda de la época decimonónica de Rousseau: había que proporcionar a los niños una educación basada en unos conocimientos para realizar al varón y conseguir convertirlo en un sujeto libre en detrimento de las niñas, que tenían que recibir una educación dirigida a la sumisión ante el sexo opuesto.

Pero esta envidiable iniciativa se fue oscureciendo por el afán de un igualitarismo de los sexos, sin tener en cuenta que hombres y mujeres somos iguales en dignidad y compartimos una idéntica humanidad, pero sin rechazar la diferencia neurológica y biológica de los sexos, que indica que somos diferentes. En los años sesenta el feminismo igualitarista de la escritora francesa Simone de Beauvoir afirmó que hombre y mujer no nacen, se hacen. Su dogma se utilizó como libro de cabecera para las feministas más radicales: y esto indujo al convencimiento de que el hombre es el enemigo de la mujer, dando comienzo a una ridícula batalla entre sexos.

Entrevista a María Calvo Charro

“Saber que somos diferentes evita muchos conflictos”

Hay mitos que hacen temer a los padres que sus hijos se conviertan en seres extraños, poco adaptados a la realidad, si reciben educación diferenciada. Lo cierto es que está comprobado que mejora el rendimiento académico y la autoestima del niño, reduce la conflictividad y favorece la igualdad de oportunidades. Doctora en Derecho Administrativo y profunda investigadora sobre el derecho a la educación y la libertad de enseñanza, María Calvo Charro es considerada una de las mayores expertas en educación diferenciada a nivel nacional e internacional. Entre sus libros más recientes, ‘Niñas y niños, hombres y mujeres: Iguales pero diferentes y Los niños con los niños, las niñas con las niñas. El derecho a una educación diferenciada’, de la editorial Almuzara.

-Cada vez se tiende a difuminar más las diferencias entre los sexos. ¿La educación mixta busca algo así?

-El gran problema ha sido la importación a las escuelas mixtas de la ‘ideología de género’. En la última década, han pretendido erradicar de forma radical cualquier diferencia, tratando a los alumnos como si fueran seres asexuados. Sus ideólogos beben de diversas teorías marxistas y estructuralistas. Según sus defensores, correspondería a cada individuo elegir libremente el tipo de género al que desea pertenecer. Esta ideología recibe además un fuerte apoyo desde las Naciones Unidas.

-Si lamujer aprende más rápido en el colegio, ¿por qué no destaca igual que el hombre en el trabajo?

-Las niñas y jóvenes están triunfando en las escuelas en un porcentaje muy superior a los muchachos. Pero la mujer sufre un brusco parón al formar una familia. En el mundo profesional el precio de la igualdad es muy alto, pues consiste en la renuncia a su propia esencia femenina, empezando por la maternidad y, en definitiva, la pérdida de su libertad. En relación con el papel del padre, hace falta un cambio en la mentalidad masculina, no de incentivos políticos o económicos. Hay que reivindicar que la actividad profesional se adapte a nuestra condición femenina y no al revés.

-¿Cómo evitar la frustración de los varones frente a la mujer en el período formativo?

-Detrás de los datos de fracaso escolar masculino se esconden otras realidades psicológicas y sociales ignoradas por los responsables de la educación. Los chicos españoles son cada vez más analfabetos que las chicas y están más desubicados que nunca. Es necesario que los poderes públicos reconozcan que existen diferencias sexuales en el aprendizaje, cuya ignorancia provoca que los chicos se frustren, piensen que estudiar es ‘cosa de chicas’ y se hagan notar por medio de los excesos de violencia. Nuestros muchachos necesitan enorme comprensión y un sistema de enseñanza que se adapte a sus peculiares características.

-¿No hay peligro de que la educación diferenciada forme seres extraños, poco adaptados a la realidad?

-Hay padres que tienen una idea errónea de la educación diferenciada. Y otros temen provocar rarezas o déficits en la socialización de sus hijos. Pero esta idea parte de una enorme ignorancia. Sería necesario realizar una campaña de divulgación e información, sobre este nuevo modelo. Favorece no sólo el rendimiento académico, sino sobre todo la formación integral de la persona, su madurez completa como ser libre y responsable.

-Hay hasta un mito que sostiene que favorece la atracción entre personas del mismo sexo.

-Todo lo contrario. En los colegios mixtos se están gestando anomalías desde el punto de vista sexual. Esto se debe a las experiencias desagradables que muchos niños y niñas están padeciendo en la escuela con el sexo opuesto; experiencias a veces traumáticas, como abusos sexuales, que les conducen a un rechazo absoluto hacia el sexo opuesto. Éstas son situaciones extremas. Sin embargo, esmuy usual que los niños mantengan en las aulas mixtas actitudes machistas y ejerzan una violencia sexista que provoca distanciamiento e incomprensión entre los sexos.

-Tres razones para elegir la educación diferenciada respecto a la educación mixta.

-La primera: el rendimiento académico es muy superior. Se atiende mejor a las peculiaridades propias de su sexo, en especial a sus distintos ritmos cognitivos, y la eficacia del docente es superior. De este modo, se genera menor conflictividad y violencia, mejora la autoestima de los alumnos. Segunda: es una magnífica herramienta para alcanzar una igualdad de oportunidades real. Para ello se debe evitar la discriminación que supone el ignorar las diferencias entre los sexos. Y la tercera sería la necesidad de fomentar la libertad de los padres. Éstos deben tener la posibilidad de elegir el modelo educativo que consideren óptimo para sus hijos y además debe ser gratuito.

-¿Qué encontraremos en las páginas de su último libro, ‘Iguales pero diferentes’, que nos pueda sorprender?

-Mi deseo es que el lector, al leerlo, diga: “¡Pero bueno! Ahora entiendo por qué mi hijo hace esto o lo otro”. El sexo importa en la educación de nuestros hijos, pero también en todas las facetas de nuestra vida cotidiana. Saber que somos diferentes evitará muchas discusiones y conflictos. Conocer las diferencias nos será de gran ayuda para aprender a amarnos más y, en definitiva, para ser más felices.

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