domingo, 28 de junio de 2009

HEROES ANÓNIMOS



Esta abuela mejicana, Margarita Rojas, lleva 16 años cuidando a su nieto discapacitado. "Es muy duro que mi hija no lo quiera, me siento muy sóla. Pero es sangre de mi sangre y como persona vale mucho. Quiero echarle ganas para que mi niño y yo salgamos adelante. Mi amor por él es muy inmenso", asegura.

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