domingo, 28 de junio de 2009

UN GOLPE DE ESTADO CIVICO-MILITAR EXPULSA AL PRESIDENTE DE HONDURAS

El Congreso de Honduras nombra a Roberto Micheletti nuevo presidente tras la deportación de Zelaya
Un golpe de Estado cívico-militar expulsa al presidente de Honduras
AMÉRICA | El día del referéndum sobre la reforma constitucional
Un golpe de Estado cívico-militar expulsa al presidente de Honduras


El presidente de Honduras, Manuel Zelaya, ofrece una rueda de prensa desde San José (Costa Rica).| Efe

* La Corte Suprema asume la responsabilidad de la asonada
* Los militares sacan a la calle carros blindados y tanquetas
* El Congreso nombra a su presidente, Roberto Micheletti, nuevo jefe de Estado
* Se emite una orden de arresto contra los ministros de Zelaya

Agencias | Tegucigapa | Managua


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En 2006, Manuel Zelaya se convirtió en el jefe del Estado de Honduras al alzarse con la victoria en las elecciones presidenciales celebradas ese año. Tres años después, su proyecto de una reforma constitucional —previa consulta popular— que le permita aspirar a un segundo mandato parece haberle costado el puesto.

En una acción que puede ser calificada de >golpe de Estado cívico-militar, un grupo de soldados detuvo, a primera hora del domingo, al jefe del Estado en el Palacio Presidencial y lo deportó a Costa Rica, donde el mandatario fue acogido por su homólogo, Óscar Arias.

Por la tarde, el Congreso votó el nombramiento de Roberto Micheletti, presidente de la Cámara, como jefe de Estado interino.


En sus primeras declaraciones a la cadena Telesur, Zelaya había culpado de la asonada a "una élite muy voraz" que habría urdido un complot para apearlo del poder y poner en su lugar a un "gobierno usurpador".

Pocas horas después, la Corte Suprema de Honduras asumió la responsabilidad de lo ocurrido al anunciar que había ordenado al Ejército la expulsión del presidente Manuel Zelaya por su insistencia en realizar una consulta popular, declarada ilegal,como parte de su intento por ser reelegido.

"Ante un solicitud del Ministerio Público (Fiscalía), (la Corte Suprema) libró la orden a las Fuerzas Armadas como defensores del imperio de la Constitución", dijo un comunicado del máximo tribunal difundido por la radio local.

La destitución de Zelaya estuvo rodeada de propaganda, como demuestra el anuncio realizado por el secretario del Congreso hondureño, según el cual el presidente, supuestamente, habría renunciado a su cargo mediante una carta. El presidente desmintió inmediatamente su renuncia en declaraciones a la CNN.
Una consulta no tolerada

Zelaya salió esposado del palacio presidencial a primera hora de este domingo, custodiado por soldados, a escasas horas de que comenzara una votación para reformar la Constitución. Declarada ilegal por el Parlamento y la Corte Suprema de Justicia, la consulta planteaba un referéndum junto a las elecciones generales de noviembre sobre la convocatoria de una Asamblea Constituyente para cambiar la Carta Magna.

El hijo del mandatario, Héctor, relató que doscientos militares entraron por la fuerza en la residencia oficial y se llevaron a su padre en vehículos blancos.

El presidente depuesto fue trasladado después a Costa Rica (su mujer, Xiomara Castro de Zelaya, se escondió "en una montaña" del oriente del país), donde compareció para denunciar su "brutal secuestro" y proclamar que seguía siendo el presidente legítimo de Honduras.

El jefe del Estado Mayor y líder golpista Romeo Vásquez, cuya destitución (luego revertida) desencadenó la demostración de fuerza del Ejército, aseguró que el cambio de tornas era un ejemplo de "normalidad" institucional: "No estamos haciendo el uso de las armas, estamos haciendo el uso de la razón", apuntó en declaraciones a la cadena CNN en español.
El presidente se mantiene firme

Zelaya anunció desde San José que no estaba dispuesto a rendirse. "Quiero retornar a mi país (...) soy el legitimo presidente de Honduras", dijo el mandatario en una rueda de prensa ofrecida en el aeropuerto Juan Santamaría de San José, junto a su colega costarricense, Oscar Arias.

Zelaya, que apareció en la rueda de prensa en camiseta y dijo que no había tenido oportunidad ni de ponerse calcetines y ropa interior, aseguró que espera contar con el apoyo de todos los países americanos "para constituir y restituir el derecho" en Honduras.

Aseguró que fue tratado "con brutalidad y violencia" por el grupo de militares que lo detuvo y obligó a salir del país, pero aseguró que no cree que todas las Fuerzas Armadas sean responsables de esta acción. Se trata, dijo, de un "grupo ambicioso y de elite" de militares, que no identificó.

En una entrevista telefónica con TeleSur, el presidente sugirió la participación de Estados Unidos en el golpe, cuando afirmó que, "si EEUU no está detrás, el golpe no dura ni 48 horas".

En la rueda de prensa, Arias condenó el "golpe de Estado" contra Zelaya, dijo que supone un "retroceso para la democracia" en toda Latinoamérica y demuestra la fragilidad de las instituciones.

Zelaya ha pedido a los soldados que no permitan "este monstruo" en Honduras, y ha llamado al pueblo a protestar pacíficamente.

La Organización de Estados Americanos condenó el golpe de Estado en una reunión de urgencia, y desde las primeras horas se sucedían las reacciones de condena al asalto.
Detención del Gobierno

El gabinete de Manuel Zelaya podría sufrir la misma suerte que el presidente: la canciller hondureña, Patricia Rodas, se encuentra detenida y hay orden de captura contra los miembros del Gobierno, informó a Efe el secretario personal del presidente, Eduardo Enrique Reina.

La tensión en la región ha aumentado tras anunciar el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, que ha puesto a sus tropas en alerta máxima y que hará todo lo posible por abortar el golpe de Estado. Chávez ha advertido, incluso, de que intervendrá en Honduras si su embajador es agredido.

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