Código Sinaitico
La Biblia más antigua del mundo ya está disponible en internet
Página del Código Sinaiticus, la Biblia más antigua del mundo (siglo IV d.C), que se podrá ver virtualmente gracias a internet. EFE
Académicos de la Biblioteca Británica han logrado digitalizar gran parte del Código Sinaitico, considerada por los expertos como la Biblia "más antigua del mundo", que después de más de 1.600 años de antigüedad se encuentra disponible en la red.
2009-07-06
Reuters/EP
Según explica la institución, se trata de un manuscrito que fue obra de cuatro escribas griegos sobre un pergamino de piel de animal, que data de mediados del siglo IV d.c., aproximadamente la época en que el emperador romano Constantino "El Grande" abrigó el Cristianismo. "Es uno de los los mayores tesoros escritos del mundo", subraya el director de Manuscritos Occidentales de la biblioteca, Scot McKendrick.
Así, a pesar de que no ha sido recuperada de forma íntegra, han logrado recoger las páginas que incluían el Nuevo Testamento entero y la primera copia de los Evangelios originales escritos por los cuatro evangelistas; Mateo, Marcos, Lucas y Juan, en diversos momentos tras la muerte de Jesús. En total los restos acumulados "abarcan 800 páginas y fragmentos de otras tantas".
En esta línea, McKendrick explica que originariamente el libro tenía una extensión de 1.400 páginas, pero que a lo largo de los años se perdió la mitad del Antiguo Testamento.
Asimismo, añade que el texto incluye "numerosas revisiones, anexos y correcciones realizadas por diversos expertos autores de su evolución a lo largo de los años" y que tiene un tamaño aproximado de 35 por 40 centímetros.
Clave para el estudio del cristianismo
"Este código constituye una ventana de estudio para entender el desarrollo de la primera etapa del Cristianismo y es una evidencia de primera mano de la forma en que el texto bíblico fue transmitido de generación en generación", apunta el experto inglés.
El hallazgo forma parte de un proyecto conjunto que comenzó en 2005 y en el que intervinieron, además de la citada institución, el Monasterio de Santa Catalina del Sinaí (Egipto); la Biblioteca Nacional de Rusia y la Biblioteca de la Universidad de Leipzig (Alemania). Su objetivo era "reunificar virtualmente y preservar esta biblia y arrojar nuevas luces sobre su historia y su autoría.
En este sentido, aunque cada una de estas entidades posee un porcentaje del texto, "la biblioteca londinense es la dueña la mayor parte". No obstante, sus académicos destacan que las páginas se hallan casi en estado translúcido, por lo que las partes más delicadas han de ser digitalizadas con gran cuidado y advierten de que todavía quedan muchos interrogantes por resolver entorno a su aparición.
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