domingo, 26 de abril de 2009

CASCOS ACABA EN LA BASURA

La misiva de Cascos
Un curioso hallazgo en la plaza del Parchís

Cascos acaba en la basura
Un vecino devuelve al ex ministro documentación personal del político que encontró entre restos de escombros y muebles cerca de la sede del PP local


Francisco Álvarez-Cascos. archivo

R. GARCÍA
Cuatro menos cuarto de la tarde de un día lluvioso del mes de febrero. Pablo García (nombre ficticio a petición del propio interesado) espera al autobús urbano en el Parchís resguardado del chaparrón en el portal del número tres de la plaza. A su lado varios obreros bajan escombros y restos de muebles viejos de la sede del Partido Popular gijonés, situada en el mismo edificio. Cuatro ficheros dejados bajo la fuerte lluvia llaman la atención del vecino. En el lateral de uno de ellos se puede leer «Correspondencia particular de Francisco Álvarez Cascos». Los otros tres incluyen fotocopias de actas de la Junta General del Principado. Todo de los años 80. García se acerca a recoger el fichero y lo ojea.

Así comienza la peripecia de la recuperación desde la basura de documentación personal del político gijonés que llegó a ser vicepresidente del Gobierno y ministro de Fomento. Y la relación entre el ciudadano curioso y el reconocido político. «Lo primero que me encontré fue una carta que le había dirigido Cascos al fundador de su partido, Manuel Fraga», relata Pablo. No era el único documento llamativo que había en el amasijo de papeles privados, donde también se encontraban misivas que el ex-ministro había cruzado con Claudio Sánchez Albornoz, quien fuera presidente de la República en el exilio. En una de sus cartas Cascos señala: «En estos días soplan por España huracanes políticos intensos con el resultado del referéndum autonómico de Andalucía y las elecciones en el País Vasco donde Alianza Popular ha ganado posiciones pero la idea de España». Y continúa: «Se pretende hacer desaparecer la Diputación Provincial en lugar de adaptarla como algunos intentamos. El tiempo dará la razón a quien la tenga».

García llegó poco después a su casa con el tesoro bajo el brazo. «Tendí los documentos en una cuerda para secarlos y me intenté poner en contacto con Cascos». Su objetivo no era otro que «devolver algo privado que no me pertenecía». En ese momento comenzó un trabajo de investigación tras el que, gracias a un amigo común, el vecino contactó con Isidro Martínez Oblanca, ex líder local del PP. Oblanca avisó del hallazgo a Francisco Álvarez Cascos, que respondió a vuelta de correo electrónico.

«Mucho le agradecería que pudiera entregarle la documentación a Isidro cuando lo crea conveniente», señala el ex ministro gijonés en su e-mail. «Solo los responsables del PP de Gijón reúnen la doble condición de irresponsabilidad en la tutela del archivo del partido en el que estos documentos se encontraban y de indignidad para enviar al contenedor de basura el patrimonio que ni siquiera les pertenece», explica contundente quien siempre ha mostrado su desacuerdo con el equipo que lidera Pilar Fernández Pardo. Cascos concluye agradeciendo al vecino el gesto «que le hace merecedor de todo mi respeto y le honra».

«No hice más que portarme como un ciudadano normal y responsable y devolver algo que era privado y que no era mío» concluye el rescatador de las cartas de Cascos.

Estimado ciudadano:

Isidro Martínez Oblanca me ha informado de su hallazgo de documentación personal mía en un contenedor de la plaza del Instituto. Mucho le agradecería que pudiera entregársela a Isidro cuando lo crea conveniente y, asimismo, le autorizo a manifestar o dejar constancia pública o privada de las circunstancias del hallazgo, habida cuenta de que solo los actuales responsables del PP de Gijón reúnen la doble condición de irresponsabilidad en la tutela del archivo del partido en el que estos documentos se encontraban, y de indignidad para enviar al contenedor de la basura el patrimonio que ni siquiera les pertenece.

Su gesto le hace a VD. merecedor de todo mi respeto y creo que le honra como ciudadano ejemplar. Muchas gracias. Reciba un cordial saludo.

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