viernes, 8 de mayo de 2009

TRATAMIENTO CONTRA LA COCAÍNA

Tratamiento contra la cocaína



¿QUE ES LA COCAINA?

La cocaína es una sustancia estimulante del sistema nervioso central que principalmente afecta al sistema dopaminérgico y se extrae de un arbusto llamado "Erythroxylum coca" que crece en Perú, Colombia y Bolivia. Originalmente se extrae de la hoja de coca que, a su vez es usada por los indígenas sudamericanos para inhibir el hambre, la sed y el cansancio así como el mal de altura.

En las últimas décadas se ha extendido su uso pero ya a finales del siglo XIX y principios del XX se vendía en las propias farmacias como "estimulante". Hasta el mismísimo y conocido psiquiatra vienés Sigmund Freud padeció cierto nivel de adicción a dicha sustancia. Si bien años más tarde se retractó por completo de este supuesto y, finalmente, recomendó tratamiento contra la cocaína.

Durante años formó parte de bebidas tan populares como la Coca-Cola (actualmente la sustancia estimulante ha sido reemplazada por la cafeína) o el "Vino Mariano" degustado por los Papas en el Vaticano.

Las hojas de la planta (de donde se extrae la cocaína) han sido degustadas durante siglos por los habitantes del altiplano sudamericano para paliar el "mal de altura" y poder trabajar. Aún en la actualidad se pueden tomar infusiones de hoja de coca (cardioestimulante) en regiones como el norte de Chile, Bolivia, Perú, etc. cuyos efectos no son similares a la toma de cocaína refinada (clorhidrato de cocaína) por vía nasal, fumada o inyectada por lo que, obviamente, dichos indígenas no necesitan recibir ningún tratamiento contra la cocaína.

Ciertos derivados de la cocaína se utilizan actualmente en medicina, particularmente en anestesia dental, oftalmología y cirugía de cavidad bucal.

El traficante vende la droga en forma de un fino polvo blanco fácilmente adulterable conocido como: "coca", "nieve", "perico", etc. Resulta común que se encuentre adulterada con multitud de sustancias, particularmente con anfetaminas, talco o cualquier otro polvo blanco.

Algunas personas hablan de consumir "coca en base" después de procesar el clorhidrato de cocaína y convertirlo en una sustancia que se puede fumar. Se mezcla dicho clorhidrato con amoniaco (¿ha visto envases de amoniaco en el dormitorio de la persona consumidora?) y agua calentándolo después. Dado que la mezcla se fuma, el usuario experimenta euforia en pocos segundos. En España se vende cierta parafernalia en tiendas especializadas que permite fumarla con facilidad.



TRATAMIENTO

El tratamiento de la adicción a la cocaína es uno de los más complejos por varios motivos: uno de ellos suele ser la negación de la dependencia por parte del consumidor ("Yo controlo...consumo cuando quiero"). En segundo lugar la alteración psicológica (depresión, ansiedad, agresividad) dificultan la aproximación terapéutica y el cumplimiento de los objetivos del tratamiento.

Sin embargo con un paciente motivado y una familia que le proporcione soporte casi todo está ganado en el tratamiento contra la cocaína. En primer lugar normalizar el sueño y acabar con los periodos de no dormir (insomnio) y luego, paradójicamente, dormir demasiado (hipersomnia). Regular el estado de ánimo y la ansiedad. En ocasiones utilizamos fármacos que bloquean parcialmente los efectos de la cocaína y/o reducen sus efectos.

La terapia por parte de un psicólogo va encaminada a identificar y modificar hábitos de conducta que eviten las recaídas.


MAS INFORMACION:


Perfil del consumidor

En la actualidad es una de las droga más consumidas en nuestro país hasta el punto que hemos detectado casos, cada vez más abundantes de menores que la consumen en fines de semana o, incluso, los días de diario.

Hasta hace pocos años era considerada una droga exclusiva de la "jet-set" o propia de personas de elevado nivel socio-económico. Sin embargo, esta banal popularización de dicha sustancia unida a la trivialización de su consumo ha hecho que se extienda entre, prácticamente, todas las capas sociales. Hoy en día presenciamos que se consume entre obreros, estudiantes o amas de casa. Su bajo precio y la facilidad de su obtención facilitan que su consumo se extienda como un reguero de pólvora.
Las pautas de consumo muestran una gran variabilidad en cuanto a frecuencia, regularidad, dosis y medio social. Podemos encontrar variaciones que van desde dosis bajas de uso diario a dosis elevadas. Hay personas que mantienen un consumo controlado y otras que hacen un uso compulsivo de la sustancia. También se puede consumir con finalidad social recreativa o de forma solitaria. Por lo general, el riesgo de dependencia correlaciona con una alta frecuencia de dosis elevadas de la sustancia. Por otra parte, la prevalencia del consumo de cannabis y alucinógenos es mayor entre los consumidores de cocaína que entre los de opiáceos.

En general, se pueden identificar cinco patrones básicos de consumo de cocaína:

1- Uso experimental. Personas que suelen experimentar con más de una sola droga. Se buscan nuevos efectos psicoactivos. La persona suele acabar con problemas psiquiátricos por el efecto de potenciación de todas las sustancias.

2- Uso recreativo. Se podría comparar a los "bebedores sociales". En los primeros años pueden presentar cierto "consumo controlado". Estas personas la usan para facilitar su contacto social con terceros. Suelen ser personas que la consumen exclusivamente por vía nasal ("esnifada") y no fumada ni por vía endovenosa. A medida que pasa el tiempo suelen ampliar el ámbito de consumo a otros momentos, especialmente a situaciones donde la depresión haga mella en el sujeto. Las bases de una futura y no lejana adicción se están construyendo.

3- Consumo circunstancial. Personas que consumen cocaína bajo ciertas condiciones particulares: fiestas, vacaciones o dar una conferencia. Su consumo les "anima" y estimula. El consumo no es accidental sino que la persona presenta una conducta limitada a determinadas situaciones.

4- Consumo intensificado. Es el estado previo a la adicción total. La cocaína se torna en eje importante de la vida del consumidor. Se toma a diario, en ocasiones desde la propia mañana, después del almuerzo como quien toma un café o, por ejemplo, por la tarde durante una reunión con algún compañero de trabajo.

5- Consumo compulsivo. Algunos llegan más rápidamente a este estadio pero no hay que olvidar que es un camino que tarde o temprano se acaba recorriendo en su totalidad. El consumidor ya se encuentra sumido en un estado físico y psicológico lamentable. Se incrementa la cantidad así como la frecuencia de consumo de cocaína. Lógicamente el gasto económico también se dispara. Se desatienden las obligaciones personales, familiares y laborales.

En los últimos estadios de la adicción los adictos suelen tener poca conciencia de su dependencia. Los esfuerzos de familiares y amigos para convencerles de su adicción suelen ser vanos. Muchos afirman que consumen la cocaína cuando "quieren" o les "apetece"...que son "libres" para escoger y que no tienen problemas con esta droga cuando, realmente, son certeros candidatos a un tratamiento contra la cocaína.



Efectos y consecuencias de la cocaína


Los efectos de la cocaína son inmediatos y consisten en un aumento de la autoestima y la confianza en uno mismo. Muchas personas muestran una locuacidad, excitación e irritabilidad. El efecto es muy pasajero (unos 30-60 minutos) hasta el punto que poco tiempo después el sujeto necesita consumir otra dosis. En muchas ocasiones la persona acompaña su consumo de alcohol, hecho que genera una tercera sustancia (metilecgonina) en el torrente sanguíneo que tiene igual o más actividad que la propia cocaína.

El sujeto nota una aparente claridad mental que se ve potenciada por el hecho que muchas veces suele consumirse en momentos (nocturnos) en que la persona está cansada por lo que nota aún más sus efectos estimulantes. Se incrementa, de manera transitoria su agudeza mental experimentando una subjetiva mejoría de sus capacidades y habilidades. El efecto subjetivo más buscado es una especie de sensación muy fugaz que dura varios segundos una vez que se inhala la droga. Esta sensación va a depender de la cantidad de droga, de su pureza, forma de consumo (inhalada o “esnifada”, fumada o inyectada) así como de la tolerancia a la droga.

Asimismo, paralela a la adicción a la cocaína se desarrolla una compulsión progresiva, intensas depresiones que aumentan tanto en intensidad como en frecuencia de aparición y que pueden desembocar en el suicidio. La aparición de psicosis paranoica suele ser frecuente.

En algunos pacientes que la consumen a largo plazo suelen aparecer alucinaciones de tipo dermatozícas, en las que el cocainómano cree ver que tiene insectos reptando por debajo de la propia piel. En muchos casos se autoinflinge incisiones con sus propias uñas o instrumentos cortantes con objeto de extraer a los imaginarios bichos.

La falta de un tratamiento contra la cocaína aumenta la posibilidad de sufrir un infarto de miocardio, derrame o trombosis cerebral.

En ausencia de un tratamiento contra la cocaína suele instaurarse una "psicosis cocaínica" consiste en una ruptura con la realidad rica en ideas delirantes de tipo persecutorio: “A esa persona ya la he visto varias veces, creo que me sigue”. Además suele tener ansiedad y alucinaciones visuales, táctiles y auditivas. La peligrosidad reside en el contenido del delirio ya que en ocasiones, por ejemplo, la persona puede dormir con un cuchillo debajo de la almohada para defenderse de un imaginario ataque nocturno.

¿Cómo puedo detectar que una persona consume cocaína?

Esta es una de las preguntas más frecuentes que suelen hacernos por parte del ámbito familiar. Lo lógico sería que la propia persona fuese la que comunicase su problema al resto de los componentes familiares: esposa/o, padres, otros y que pidiese ayuda. Sin embargo, esto no ocurre en todas las ocasiones ya que la mayoría de los adictos a cualquier droga suelen ignorar las primeras señales de su grave e incipiente problema.

En general la persona suele tener cambios bruscos de humor y de estado de ánimo, especialmente agresividad y depresión. Una verdadera “montaña rusa” anímica. Asimismo, intercala períodos de dormir mucho (hipersomnia) con otros de insomnio absoluto. Falta al trabajo y a sus obligaciones cotidianas. Se levanta tarde o bien si es responsable en sus labores intenta compensar sus periodos de agotamiento consumiendo más cocaína todavía.

Durante los períodos de agresividad suelen montar monumentales broncas en casa y, por el contrario, en los momentos depresivos el consumidor está dócil y bajo de estado de ánimo. En ninguno de los dos casos la persona que consume suele asociarlo con la toma de droga.


En resumen:


Alteraciones del sueño y cansancio crónico.
Adelgazamiento en poco tiempo.
Cambios de humor importantes: oscilar entre un estado de hiperexcitación y depresión.
Disminución de la capacidad de concentración.
Una mayor irritabilidad o incluso agresividad.
Pérdida de interés por los amigos habituales. Nuevas "amistades".
Pérdida de apetito.
Dificultades académicas.
Pérdida de empleo y dificultades económicas.
Problemas conyugales o de relación con la pareja.



Actitud de la familia

Ya se que mi familiar/amigo consume cocaína…¿y ahora que hago?

Mantenga una conversación clara, firme pero, a la vez comprensiva sobre el problema. Un escándalo solo servirá para enconar posiciones y que, posteriormente, se pierda la capacidad de diálogo. Insista acerca de la necesidad de ayuda profesional. Resulta habitual que la persona que consume exprese que no necesita ayuda profesional, que con un poco de "voluntad" ya está solucionado el problema. Lo cierto es que muy probablemente esté una temporada sin hacerlo. Esto le creará la falsa idea que "no era tan difícil dejarlo". Curiosamente, esta percepción falsamente minimizada del problema facilitará nuevos consumos y reforzamiento del problema adictivo.

El apoyo profesional se hace imprescindible prácticamente en cada etapa de la adicción. Una correcta combinación de tratamiento farmacológico junto con psicoterapéutico intentará corregir los daños producidos por la droga así como crear estrategias para mejorar el estilo de vida. No se trata, en la mayoría de los casos, de "solo" dejar la droga sino de cambiar de "estilo de vida".



Mitos sobre la cocaína.


La cocaína no engancha. FALSO.

Es una de las drogas más adictivas junto con el alcohol, la heroína y otros opiáceos.

No tiene Síndrome de Abstinencia ("mono"). FALSO

Su síndrome de abstinencia consistirá en irritabilidad, depresión, entre otros síntomas.

Consumo un viernes por la noche y el lunes “estoy como nuevo”. FALSO

Puede que intente compensar sus noches de consumo con un par de siestas. Sin embargo, los daños en los neurotransmisores durarán varios días e incluso semanas. No es de extrañar que varios después de un consumo se sienta “raro”: como cansado y con poco estado de ánimo. Irónicamente “mejorará” tras otro consumo el viernes siguiente, cosa que, realmente, empeorará el cuadro general.

Voy a dejar de consumir pero bueno...un par de veces al año no pasa nada. FALSO

Cualquier adicción se caracteriza, obviamente, por la falta de control sobre la misma. Si usted consume nuevamente habrá puesto el primer ladrillo de su nueva etapa de consumo.

He oído acerca de tratamientos "milagrosos" de 24 horas. "Limpian" mis receptores de cocaína y mejoro en poco tiempo. FALSO

No existen tratamientos "milagrosos". Hoy por hoy no se pueden "limpiar" los receptores de cocaína en tan pocas horas como si puede suceder en el caso de la heroína. Si usted ha escuchado o leído algo al respecto no posee base científica alguna sino más bien económica...por mucho que haya aparecido en la televisión.

...y los "cambios de sangre"?. FALSO

Es una de las leyendas urbanas más extendidas desde los tiempos en que Keith Richards (guitarra de los "Rolling Stones") se iba a Suiza a hacerse una "limpieza de sangre". El problema no está en la sangre sino en complejos sistemas nerviosos ubicados en el cerebro. Un mes en Suiza, comiendo y durmiendo bien, alejado de la droga en una lujosa habitación de una clínica mejora a cualquiera. El problema reaparece, como es lógico al volver al sitio de origen si las causas de motivan el consumo no han sido solucionadas.

Ya se que la cocaína solo se esnifa como en las películas. FALSO

Además de esnifada (las típicas "rayas" que se inhalan por la nariz) la cocaína también se puede inyectar intravenosamente, mezclar con el tabaco de un cigarrillo, fumar "en base). Incluso se puede aplicar en los genitales para intentar obtener cierto placer sexual o retrasar la eyaculación...los resultados suelen ser desastrosos.

www.neurosalus.com

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