José María Aznar intentó ayer contrarrestar los pesimistas mensajes dados en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) por el Premio Nobel de Economía 2008, Paul Krugman -con el que cenó el viernes en Sevilla-, quien advirtió que «el camino para España será muy doloroso los próximos 5 ó 7 años».
El ex presidente quiso mostrar su «optimismo y confianza» en que «España tiene capacidad de volver a ser próspera y dinámica». Sin embargo, para ello, consideró que «la sociedad española tiene que ser consciente de que afronta una crisis de raíces económicas pero también políticas y morales», que necesita una «ambiciosa agenda» de reformas políticas, económicas e institucionales.
El ex presidente cerró las jornadas «Respuestas ante la crisis», organizadas por la CEA y en las que participó el jueves Felipe González.
En el plano institucional, Aznar consideró «imprescindible y urgente reconstruir el mercado nacional, hoy absurdamente segmentado por las barreras reguladoras levantadas por numerosas comunidades autónomas» y calificó de «desleal aprovecharse de la flexibilidad del modelo autonómico para forzar su colapso». La «segunda lección» que subrayó que debemos extraer es la «necesidad de prestigiar valores básicos como el esfuerzo y la exigencia, la búsqueda de la excelencia y de la retribución del mérito frente a la gratificación instantánea; de la honradez y el trabajo productivo frente al oportunismo».
En tercer término, reclamó «con urgencia una nueva agenda nacional de reformas», que apueste por la austeridad y el recorte del gasto público, la contención del empleo público, la rebaja de impuestos y nuevas liberalizaciones en los mercados de servicios, entre otras cosas. Así, solicitó una «nueva oleada de privatizaciones de empresas públicas, sobre todo en el ámbito local y autonómico».
Aznar mostró su preocupación por que no sea posible plantear ciertos debates, «como una reforma laboral, a pesar de que se generan 7.000 parados al día, o las centrales nucleares pese a nuestra dependencia energética del exterior». Además, consideró que «España necesita una profunda y urgente reforma fiscal», que reduzca impuestos, «empezando por aquellos que gravan el empleo y los vinculados a la competitividad empresarial».
El político popular advirtió -al igual que Felipe González el jueves- ante una tendencia al recorte de la libertad económica, al proteccionismo y a la sobrerregulación. Aznar aseguró que los primeros países en superar la crisis serán los que opten por la liberalización, la flexibilidad y la apertura comercial.
JOSÉ LUIS LOSA | SEVILLA
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