Más de un 99% del tejido empresarial español se sustenta sobre las pequeñas y medianas empresas, según las últimas cifras del Directorio Central de Empresas (Dirce). Si profundizamos, los datos son todavía más reveladores. El 85% de ese tejido productivo está formado por compañías con tres o menos personas en su plantilla, es decir, 2.882.000 empresas de un total de 3.390.000 encajan en este perfil. Y se podrían seguir manejando cifras, pero quizá es más ilustrativo recurrir a las «anatómicas» definiciones que los actores políticos y económicos dan del trabajador autónomo: «Es la espina dorsal de la economía»; «el nervio central del tejido productivo»; «el músculo que permitirá un mejor desarrollo de este país»...
Entonces, si es así, ¿por qué este colectivo está pagando con tanta dureza los vaivenes de la economía? Actualmente, hay 300.000 autónomos que se encuentran en la cuerda floja y diariamente desaparecen 1.000 microempresas y trabajadores por cuenta propia -son los llamados ERE silenciosos, los que no copan portadas ni tertulias-, informa la Federación de Autónomos ATA. Lorenzo Amor, que acaba de ser reelegido presidente de esta agrupación que representa a más de 400.000 profesionales, explica que esta situación responde al importante peso del autónomo en nuestro país, lo que le lleva a recibir gran parte de los golpes: «El tejido productivo español no lo representan las «telefónicas», las «endesas» o los «carrefours», sino los más de tres millones de voluntades personales que forman el colectivo de trabajadores por cuenta propia».
Preocupación creciente
Así de tajante se expresaba Amor en la última asamblea general de ATA, en la misma que renovó su cargo y a la que acudieron, entre otros representantes políticos, el líder del PP Mariano Rajoy, el diputado de CiU Carlos Campuzano y Ramón Jáuregui, secretario del grupo parlamentario socialista. Todos ellos, aunque con los evidentes matices, coincidieron en el diagnóstico: la situación por la que pasa este colectivo es cada día más preocupante.
De acuerdo con el Informe Observatorio del Trabajo Autónomo-ATA, realizado el pasado mes de enero a partir de las opiniones de 1.173 profesionales, el 89% se ve afectado directamente por la crisis y ocho de cada diez reconocen que su negocio ha disminuido notablemente en los últimos meses. No sólo desde ATA alertan. Sebastián Reyna, secretario general de UPTA (Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos) -la otra gran representante de este colectivo-, y compañero de fatigas de Lorenzo Amor comparte «el diagnóstico de la situación realizado por ATA». Para Reyna las cifras mencionadas son importantes -«son históricas porque el autónomo, la pyme, siempre han sido un amortiguador, incluso en tiempos de crisis»-, pero lo principal es que detrás de ellas hay personas que lo pasan mal. Por ejemplo, el comercio minorista, personal y familiar, es uno de los que más inquieta al secretario de UPTA: «Probablemente la construcción y el transporte volverán a ir bien, pero los 25.000 comerciantes que han echado el cierre en los últimos meses lo tienen más difícil».
El Estatuto del Trabajador Autónomo entró en vigor en el año 2007 y desde entonces este colectivo ha visto cómo muchas de sus ya tradicionales reivindicaciones eran escuchadas. «El estatuto supuso el reconocimiento público de la figura del autónomo. Es verdad que a veces tenéis que recordar que existís, que estáis ahí, pero este colectivo está más presente que nunca en el discurso y las medidas políticas». Son palabras de Juan José Barrera, director general de la Economía Social del trabajo autónomo y de la Responsabilidad Social de las Empresas, que también estuvo presente en la Asamblea General de ATA.
Lorenzo Amor y Sebastián Reyna, como representantes de gran parte de estos profesionales, aceptan la evidencia. «La mochila está llena de logros y consecuciones en materia de protección social [derecho a jubilación anticipada, prestación durante una baja por accidente o enfermedad...]», admite Amor, pero aún quedan retos pendientes. El más importante de ellos es el derecho a una prestación por desempleo.
El presidente de ATA, una de las partes que firmó el estatuto, recuerda que este derecho no se contempló como un punto del diálogo -«como en cualquier acuerdo ambas partes ceden»- y se arrepiente de la decisión: «Si yo hubiera sabido lo que estaba por venir dos años después, no lo habría firmado. Visto que hoy 130.000 autónomos están desempleados, no cobran paro y tendrán que responder con sus bienes, siento que nos equivocamos».
Barrera puntualiza que la protección por cese de actividad es uno de los pasos de la hoja de ruta del Estatuto del Autónomo, aunque todavía están a la espera de los informes de las comunidades autónomas. Antes, la siguiente labor -«no más tarde del tercer trimestre», según Barrera- consiste en la creación de un Consejo del Trabajo Autónomo.
Realidades y promesas
Otro punto pendiente, el relacionado con la figura del autónomo económicamente dependiente (aquel que recibe al menos el 75% de sus ingresos de un mismo cliente para el que trabaja de forma habitual) acaba de ser regulado. El Ministerio de Trabajo e Inmigración presentó en febrero las características de estos contratos. A partir de ahora el acuerdo entre cliente y autónomo debe incluir la jornada, los descansos, el interés profesional...
El director general de la Economía Social del trabajo autónomo reivindica que tanto éste como otros logros no se suelen tener en cuenta a la hora de abordar la realidad de este colectivo. Para Barrera no se pueden lanzar propuestas a diestro y siniestro, «hay que dimensionar el problema y ver lo que funciona y lo que no».
¿Y qué funciona? El director general prosigue: «Gracias a la capitalización del desempleo 35.000 personas han montado su propio negocio; los autónomos en el sector de la sanidad y la atención primaria han crecido en 3.000 personas; el Plan de Fomento del Autoempleo no deja de dar buenos resultados...». «¿Que hay que hacer más? -se pregunta-. Seguro, seguro, y se irá haciendo».
Sin embargo, a Lorenzo Amor no le convence quedarse en promesas. En la clausura de la Asamblea General de ATA, tras conocer que el 97% de los votantes volvían a confiar en él como presidente, aludió a la ausencia de José Luis Rodríguez Zapatero: «Nos hubiera gustado que el presidente conociese de forma directa nuestros problemas, que hubiera sabido lo vulnerable que es este colectivo y que nos hubiese explicado cuáles son sus proyectos para resolver la delicada situación que atravesamos». Por ello, las organizaciones de autónomos insisten en que volverán a solicitar a la presidencia una audiencia en La Moncloa.
Si ninguna de estas recetas prospera, los representantes de este colectivo podrían recurrir a las movilizaciones. Lorenzo Amor, que no descarta esta respuesta, sin embargo, y por el momento, apuesta por el diálogo y el consenso: «Es más eficaz tomar medidas en el BOE que tomar la calle».
Mariano Rajoy
presidente del Partido Popular
«Los autónomos son los grandes protagonistas de los periodos de crecimiento, pero también sobre ellos cae ahora el peso de la crisis. Para apoyarles se necesita que se atiendan sus problemas con una legislación y unas políticas propias».
Carlos Campuzano
diputado POR convèrgencia I unió
«Una sociedad sólo puede ser próspera si la gente arriesga y tiene ideas. El autónomo tiene esa actitud y, por eso, es tan necesario que este sector, no sólo forme parte de la agenda política, sino que se incorpore al diálogo social».
Ramón Jáuregui
secretario general del Grupo Parlamentario Socialista
«Estamos en una economía externalizada, todo se subcontrata, y esta realidad, más allá de la crisis, ofrece una nueva ventana de oportunidades a los autónomos y a las microempresas».
Los politicos opinan
¿Qué medida cree que es más urgente?
A. La posibilidad de recibir un subsidio por desempleo
B. Reducción de impuestos
C. Facilitar el acceso al crédito y la financiación
D. Impulsar ayudas a la contratación
Sigue la campaña de apoyo en: yoapoyoalautonomo.com
CRISTINA MARTÍN FRUTOS
No hay comentarios:
Publicar un comentario