La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) prevén una primavera “intensa” para los alérgicos al polen de gramíneas, debido a las frecuentes lluvias registradas entre los meses de septiembre y enero, y los niveles de contaminación. La concentración puede llegar a los 5.100 gramos por metro cúbico de aire, frente a los 4.000 del año pasado. Esta cifra, que cuatriplicaría casi la registrada en 2005, supondrá una de las tres o cuatro primaveras más intensas para los alérgicos en lo que va de siglo.
El pico más acusado se producirá entre el 15 de mayo y la primera semana de junio, y la concentración de gramíneas más alta se prevé en Extremadura, el centro del país y el norte de Andalucía, es decir, en la España seca de clima continental.
Estas predicciones son bastante fiables, según aseguró el doctor Javier Subiza, coordinador del Comité de Aerobiología de la SEAIC, y podrían alterarse a la baja en el caso de que hubiera unos meses de mayo y junio excesivamente secos o lluviosos. En cualquier caso, el especialista recomendó a los alérgicos que comiencen ya con el tratamiento preventivo, para evitar “una primavera complicada”.
Se calcula que en España hay entre 8 y 10 millones de personas alérgicas al polen (sobre todo a las gramíneas y el olivo), aproximadamente el 20% de la población, una cifra que contrasta con la incidencia del 0.4 por ciento que se registraba en 1956. “La enfermedad era rara en el siglo XIX y hoy es el trastorno inmunológico que con más frecuencia afecta al ser humano. Es un problema de salud de primer orden”, agregó Subiza en conferencia de prensa. En los meses de mayo y junio las urgencias hospitalarias se multiplican por tres y por cuatro y la venta de fármacos antihistamínicos se multiplica por cinco, en unas semanas “epidémicas”.
La edad media de los alérgicos son los 22 años, pero también ha crecido el rango de edad. Si antes afectaba sobre todo a jóvenes y adultos, hoy es mucho más amplio, y ya se ven pacientes de tres y cuatro años, o de 60 y 70 años que debutan por primera vez en una polinosis.
La razón de estos cambios obedece a dos factores, según explicó el experto. El primer factor es el desarrollo de un sistema inmunológico cada vez más “perezoso” debido a la higiene en la infancia, que ha reducido las infecciones. El segundo factor está en relación con la contaminación atmosférica y, en especial, el diesel, que hace “un mal matrimonio” con el polen porque sensibiliza más a la población que en el caso de que no estuviera sucio. Esto explicaría que la incidencia de la alergia en las ciudades sea tres y cuatro veces superior que en zonas rurales, así como que los inmigrantes sean alérgicos a los dos o tres años de llegar a España.
El doctor Subiza también destacó el buen funcionamiento de las vacunas, un tratamiento para pacientes bien diagnosticados, que se prolonga entre tres y cinco años con un pinchazo mensual, y que tiene una eficacia cercana al 80%.
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