SEME
Los ultrasonidos son ondas vibratorias de distintas frecuencias que se propagan a través del aire. Se consideran ultrasonidos cuando alcanzan los 20.000 ciclos por segundo, una frecuencia no audible por los humanos. Los ultrasonidos pueden aplicarse en el tratamiento de la celulitis, las adiposidades localizadas, los edemas, los trastornos circulatorios localizados, las varices, las cicatrices, los queloides, las estrías o la caída del cabello.
Producen un micromasaje celular y molecular que tiene efectos terapéuticos en el tratamiento de la celulitis y la grasa localizada. También mejoran el metabolismo adiposo y la microcirculación de estas zonas. Elevan el drenaje linfático y la permeabilidad de la piel, lo que los convierte en una técnica idónea para hacer llegar sustancias de tratamientos.
El ultrasonido terapéutico utiliza frecuencias de entre 1 y 3 MHz y puede aplicarse en seco, previa aplicación de un gel de contacto, o junto con distintas sustancias de tratamiento en función de los objetivos perseguidos. Los ultrasonidos mejoran la penetración y acción sobre la zona tratada de estas sustancias, que están especialmente formuladas para su uso en este procedimiento, denominado sonofóresis.
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