miércoles, 8 de abril de 2009

FAMILIAS NUMEROSAS


ABEL GARCÍA-ZARZA
Periodista. Madre de dos niños (de seis y dos años) y embarazada de una niña. Casada con el padre de las criaturas. Vive intensa y caóticamente en un apartamento de 70 metros cuadrados en el centro de Madrid, probablemente uno de los lugares más hostiles del mundo para criar niños.

Blog Mi Vida con Hijos
Familias numerosas


Ante mi inminente transformación en madre de familia numerosa (repetirme esto forma parte de mi peculiar terapia para asumirlo), me he puesto a investigar las ventajas (ja, qué risa me da) que tienen esos núcleos familiares en este país nuestro tan apegado a la familia.

Después de una concienzuda labor de periodismo de investigación he recopilado esto:

1. Rebaja del 7 al 4% el impuesto de transmisiones patrimoniales si por fin decidiéramos comprarnos una casa mayor (lo cual no estaría mal, porque con la nueva criatura vamos a entrar en un nivel de hacinamiento tercermundista).
2. Pequeño descuento en el Impuesto de bienes Inmuebles. En mi caso, sería un 20%. Tampoco es para hacer una fiesta.
3. Descuento en la factura del agua, tampoco creo que sea mucho.
4. Ahorro del 45% de la cotización a la Seguridad Social de EVP (la chica que nos ayuda en casa, Enviada por la Providencia).
5. Descuento, de un 50% en los polideportivos municipales. Vamos a hacer deporte compulsivamente para aprovecharlo.
6. Gracias a la batalla dada por la infatigable Federación de Familias Numerosas, Renfe ha aceptado que al comprar un billete de tren se pueda acumular el descuento de familia numerosa (un 20%) al de ida y vuelta (otro 20%). Hasta hace muy poco, había que elegir entre uno u otro, como si las familias numerosas no regresaran nunca de sus destinos.
7. El permiso de paternidad se amplía de 15 a 20 días, para que el padre se pueda dedicar un día y medio más a cada churumbel.
8. Además, hay otras ayudas y desgravaciones, pero son para rentas tan bajas que hay que estar al borde de la indigencia para poder optar a ellas. De verdad que no sé qué pensar, si a los que se ponen a tener hijos con esos ingresos habría que penalizarlos, por inconscientes, o darles un galardón y una renta de por vida.

Y pare usted de contar, a lo mejor se me escapa algo, pero esto es básicamente lo que hay. Al año debe suponer un ahorro de algunos cientos de euros, como mucho. Un poco más quizás si te apuntas con toda la familia a todos los cursillos de natación, tenis y aerobic del polideportivo más cercano, o si viajas en AVE cada fin de semana. Nada de ayudas universales por hijo, ni ampliaciones del permiso de maternidad, ni excedencias remuneradas como en otros países europeos que piensan la excentricidad esa de que fomentar la natalidad es garantizarse su futuro. Aquí, quien quiera tener tantos hijos, que se los financie, y si no, que se lo hubiera pensado antes. O que se hubiera dedicado a criar periquitos, que gastan menos.

Ayer se me ocurrió, pobre ilusa, preguntar en el metro si hacían descuento en los abonos de transportes a las familias numerosas y tuve que repetir tres veces la pregunta porque el empleado no la entendía. Cuando comprendió por fin de qué le hablaba, puso la misma cara que si le hubiera pedido un billete para Marte y me dio la misma respuesta, que no, que naturalmente que no.

P.S. Por cierto, mi enhorabuena a Arantza Quiroga, madre de familia numerosa y próxima presidenta del Parlamento Vasco. ¡Con nombramientos así se le van haciendo boquetes al famoso techo de cristal! Y desde luego, dominar a los parlamentarios le va a resultar pan comido con la que debe de tener en casa (cuatro hijos varones).

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