SIN MIEDO A LA MUERTE

Cómo afrontar la enfermedad y el final de la vida


Portada del libro

Sin miedo a la muerte
Javier Paredes


En el mundo mueren cada año alrededor de 56 millones de personas, cuatro millones y medio cada mes, unos 5.000 cada minuto, 78 cada segundo. La muerte nos envuelve con su constante presencia. Fácilmente se olvida que es un hecho natural de la vida, tan natural como el nacer (pág. 13)”. Así empieza este libro esperanzador, corto y claro, sobre todo muy claro, escrito por un médico que además es sacerdote, lleva mucho tiempo al frente de la capellanía de la Clínica Universitaria de Navarra. Pues bien, a pesar de que la muerte es uno de los hechos más tozudos, la cultura contemporánea se ha plantado ante ella con la técnica del avestruz. Los revolucionarios franceses, los de la liberté, égalité, fraternité y guillotina para el disidente, decidieron eliminar la muerte de la faz de la tierra; y como no dieron con el bálsamo de la eterna juventud optaron por eliminar la palabreja de su diccionario, de manera que los cementerios pasaron a llamarse “los campos del sueño”, razón por la que Danton cuando subió al cadalso se volvió hacia sus compañeros y les dijo: “Vamos a dormir”. Manipular el lenguaje es la misma táctica que llamar al abominable crimen del aborto la interrupción del embarazo.

Miguel Ángel Monge, sin meter miedos innecesarios, habla de la muerte con sentido trascendente y, precisamente, el autor ni se asusta ni asusta al lector porque tiene un sentido cristiano de la vida que le indica que la muerte no es el final, sino la entrada a gozar para siempre en la Casa del Padre, como decía el muy querido Juan Pablo II. Y es que, en resumen, el cristiano no tiene ningún motivo para temer a la muerte, pero sí unas cuantas razones para considerarla. Y este libro, sin duda, ayuda y mucho a tener una consoladora consideración de nuestro tránsito a la vida eterna.

‘Sin miedo. Cómo afrontar la enfermedad y el final de la vida’. Miguel Ángel Monge. Eunsa. 273 pp.