miércoles, 8 de abril de 2009

LOS CINCO MINISTROS QUE HAN CAIDO EN DESGRACIA

REMODELACIÓN | Adiós a Solbes y a 'Maleni'
Los cinco ministros que han caído en desgracia

* Un Solbes agotado paga el coste político de la crisis económica
* El presidente prescinde de Magdalena Álvarez, su ministra más polémica

Ana del Barrio | Madrid

Pedro Solbes, Magdalena Álvarez, César Antonio Molina, Bernat Soria y Mercedes Cabrera son los cinco ministros caídos en desgracia que dicen adiós al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero que apenas ha durado un año.


Pedro Solbes paga el coste de la crisis



El ex vicepresidente Pedro Solbes.

La salida de Pedro Solbes del Ejecutivo de Zapatero era la crónica de un relevo anunciado. El vicepresidente segundo y ministro de Economía ha pagado el coste político de la crisis económica, justo un año después de haber accedido a repetir en el cargo. Si durante la pasada campaña electoral se dedicó a negar por activa y por pasiva la existencia de la crisis económica, al final ha acabado reconociendo que "lo peor está por llegar".

El desgaste y agotamiento del ministro más veterano del equipo de Zapatero eran palpables desde hacía tiempo. Solbes llegó a plantear públicamente que se le había acabado la gasolina: "A ciertas edades, hay que plantearse qué otras cosas hay que hacer en la vida".

No fue ésta la única vez que mostró sus deseos de abandonar. De hecho, cuando dimitió el ministro de Justicia Mariano Fernández Bermejo, Solbes no dudó en bromear con que envidiaba su condición de ex.

El titular de Economía se desmarcó en varias ocasiones de la línea oficial del Ejecutivo en asuntos clave, como la mejora de la financiación de Cataluña, la OPA de Gas Natural sobre Endesa o la probable entrada de Lukoil en Repsol.

Magdalena Álvarez, la más díscola


Magdalena Álvarez.

Magdalena Álvarez, la ministra de Fomento, ha sido, sin duda, la más polémica del gabinete y la que más quebraderos de cabeza ha dado al presidente. 'Maleni' tiene el dudoso honor de ser la única ministra de la democracia que ha sido reprobada. Fue el 18 de diciembre de 2007 cuando el Senado censuró su gestión por el caos ferroviario que colapsó Barcelona durante varios meses.

Sus polémicas actuaciones se han sucedido una tras otra, aunque ella, con el aplomo y chulería que la caracteriza, siempre se ha negado a dimitir. Memorable fue aquella frase que pronunció en un mitin: "Tengo la dignidad de una mujer malagueña. Antes partía que doblá".

La ministra tuvo que rendir cuentas en el Congreso por la actuación de Aena durante el accidente del MD-82 de Spanair en 2008 en el aeropuerto de Barajas, que costó la vida a 154 personas.

Durante su mandato, también se enfrentó a los incidentes en el aeropuerto del Prat, a las huelgas de controladores aéreos o al derrumbe del techo de un túnel en el AVE a Valencia, que el Ministerio de Fomento intentó ocultar.

Uno de sus fracasos más sonados fue el pasado mes de enero, cuando una fuerte nevada en Madrid colapsó las carreteras y obligó a cerrar el aeropuerto de Barajas durante varias horas.


La ley del cine pasa factura a Molina



César Antonio Molina.

La ley del cine ha pasado factura al ex ministro de Cultura, César Antonio Molina. De hecho, su sustituta Ángeles González-Sinde era la actual presidenta de la Academia y tiene la total confianza de la industria cinematográfica, que se ha mostrado "exultante" con su nombramiento.

El descontento del sector del cine con Molina iba en aumento. La gota que colmó el vaso fue la tensa reunión que mantuvo el pasado miércoles el ministro con productores y directores de cine, quienes no dudaron en abroncar al titular de Cultura. Los asistentes acusaron al Ministerio de "ineficaz" e "incompetente" por no publicar la orden ministerial que desarrolla la Ley del Cine, lo que tiene totalmente paralizada a la industria.

Zapatero apuesta ahora por González-Sinde para recuperar el apoyo de la gente del cine, que siempre ha estado próxima al Gobierno socialista.

Cabrera, víctima de una estructura irracional


Mercedes Cabrera.

Mercedes Cabrera ha pasado sin pena ni gloria por el Ministerio de Educación, Política Social y Deporte. Su problema ha sido básicamente gestionar un departamento con una estructura que ha fracasado rotundamente y que ahora ha sido rectificada por el propio Zapatero con esta amplia remodelación.

Así, el Ministerio de Educación vuelve a ser estrictamente de Educación y recupera la gestión de las Universidades, que habían pasado al Ministerio de Ciencia e Innovación. La política social salta ahora a la cartera de Sanidad, que dirigirá Trinidad Jiménez, y Deportes dependerá directamente del presidente del Gobierno.

Con las Universidades traspasadas a Ciencia, Cabrera no supo o no pudo explicar la reforma universitaria de Bolonia, que ha provocado numerosas revueltas estudiantiles.

El nombramiento de Ángel Gabilondo, actual rector de la Universidad Autónoma, como nuevo ministro de Educación, representa el intento de Zapatero por enderezar la reforma universitaria y por aplacar las revueltas estudiantiles.


Soria gestionó un Ministerio sin competencias



Bernat Soria.

Bernat Soria, que sustituyó en su día a Elena Salgado, tan sólo ha permanecido 20 meses al frente del Ministerio de Sanidad. El titular de la cartera, con un claro perfil científico, ha tenido que gobernar un ministerio prácticamente vacío de competencias, ya que la mayoría de ellas están transferidas a las comunidades autonómas.

La creación del Ministerio de Ciencia e Innovación terminó de darle la puntilla, ya que arrebató a Sanidad la gestión de la investigación, incluida la de las células madre, una de las especialidades de Soria.

La gestión del ministro durante la crisis alimentaria del aceite de girasol también fue muy criticada. Sanidad recomendó en abril de 2008 no consumir este tipo de aceite tras detectarse que había contaminación con aceites minerales en este producto, procedente de Ucrania. Sin embargo, a los dos días, el Ministerio dio marcha atrás, retiró la recomendación y afirmó que el aceite de girasol era seguro.

Zapatero coloca ahora a Trinidad Jiménez, una persona de peso en el PSOE, al frente del Ministerio, al que añade las competencias en Política Social, para que desarrolle la Ley de Dependencia y con el fin de dotarlo de un mayor contenido.

1 comentario:

  1. MAGDALENA ÁLVAREZ



    Rafael del Barco Carreras



    Abril 2009. El nivel de incompetencia, la Ley de Peter, no define los ascensos en la Política. El que en las densas burocracias un excelente burócrata alcance un cargo donde se definirá como un completo desastre no nos explica los nombramientos políticos a dedo. No encaja con que el “jefe que asciende” coloca en su lugar a su entregado y pelota segundón. No es lo mismo que Chaves se empeñe en que su segundo tome su cargo y relevo en Andalucía, así en Sevilla no levantarán alfombras, le “harán la cama”, o simple sombra a su liderato, que Zapatero nombrara en su día Ministra de Fomento a Magdalena Álvarez.

    Ese nombramiento, de Consejera de Hacienda en la Junta de Andalucía a Ministra, dicen malpensados, fue un ascenso que también se describe en los manuales sobre burocracias. Un Jefe quitándose de encima a uno de sus más pizpiretos subordinados, para que no se convierta en enemigo, lo recomienda a un cargo mayor y alejado de su órbita, y que mejor que ¡ministra! Si en total, un ministro solo sirve para aparecer en la Tele enderezando entuertos, y siempre glorificando a Presidente y Partido (comiéndose los “marrones”) la locuaz Magdalena quizá se defendiera, además de caer alguna Obra Pública. Y si alcanzaba su nivel de incompetencia, que a él, su padrino, que la había heredado de otro de sus jefes, puede que Josep Borrell, le pillara lejos.
    Repito. La señora Magdalena me descubrió una de las operaciones más truculentas del trío Narcís Serra-Maragall-De la Rosa. No se trata de la peor de sus actuaciones, a mi entender fue mucho más grave cuando Jefa de Sección en el Ministerio de Hacienda, ante el inmenso merdé en la Delegación de Hacienda de Barcelona entre el delegado e inspectores amigos de su Jefe Josep Borrel (asunto por juzgar después de casi 20 años) se le ocurrió soltar a la prensa que ella lo había descubierto pero por no “estigmatizar al Partido” se calló. ¡Cuánto habrá callado! Con su locuacidad “moderse la lengua” habrá sido terrible y sangrante. Quizá su gran baza en su exitosa vida, el hablar pero callarse, donde dije digo digo diego, amagando sin dar, hasta el ascenso soñado. La filigrana dialéctica. Pero en cuanto a mí se refiere, enterarme que mientras sufría aquella Modelo acusado de lo que para mí era culpable Javier de la Rosa (a quien yo ni conocía) mis acusadores Serra y Maragall (sabedores de lo sucedido) negociaban o le obligaban, entre otras operaciones, la compra para el PSOE o anexos con letras avaladas por el Banco Garriga Nogués de toda la prensa del Movimiento en Andalucía, y que esas letras pasados los años sumaban en los impagados incobrables y pérdidas de una Caja de Ahorros andaluza (sin estar contabilizadas en lo que resultó la real quiebra del Banco), rebasó mi ya lleno vaso de pruebas con otros socialistas cobrando talones y hasta un crédito de varios cientos de millones de pesetas para el propio Consorcio de la Zona Franca de Barcelona, un mes antes de mi liberación en 1983, con el banco tocado de muerte. Ver en “Barcelona, 30 años de corrupción”.

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