Mujer con Cáncer de Mama
Hasta ahora sólo hay otros cinco niños nacidos en otros países tras esta intervención. Es la primera vez en el mundo que se combina este implante con la vitrificación de óvulos. La mujer, que había sufrido un cáncer de mama, se encuentra de 15 semanas. Cuando nazcan el próximo mes de agosto (si no se adelantan a la fecha prevista), dos anónimos gemelos de Valencia podrán presumir de ser los primeros en muchas cosas.
Su madre, habrá sido la primera española en dar a luz tras recibir con éxito un trasplante de su propia corteza ovárica (la primera en el mundo que se somete a esta operación por un cáncer de mama); serán los primeros del mundo en nacer "en pareja" gracias a esta técnica; y los pioneros fruto de una combinación de trasplante y vitrificación de ovocitos.
Desde hace años, el cáncer ha dejado de ser un obstáculo para la maternidad. Cada vez son más las opciones que las mujeres tienen a su alcance para no perder la fertilidad a causa de los tratamientos; y el trasplante de tejido ovárico es uno de los que se va asentando con fuerza. A pesar de eso, sólo hay en la actualidad cinco niños nacidos vivos sanos tras esta intervención. Los dos chicos de Valencia harán el número seis y siete de esta lista que abrió por primera vez la hija de Quarda Tourait, nacida en Bélgica en 2004.
En aquella ocasión se logró por primera vez lo que ahora han repetido científicos valencianos, encabezados por las doctoras Juana Crespo, directora médica del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) de Valencia, y María Sánchez, ginecóloga del Hospital Universitario Doctor Peset. Ambas han presentado hoy en sociedad este pionero embarazo acompañadas por el conseller de Sanidad, Manuel Cervera. La mujer, de 39 años de edad, se encuentra en su semana número 15 de gestación, y según han explicado a elmundo.es fuentes de la Conselleria, no se conocerá su identidad hasta que dé a luz.
La extracción de la corteza se realizó mediante laparoscopia (una intervención sencilla que deja apenas unos centímetros de cicatriz) antes de que la mujer recibiese la quimio y la radioterapia. Esta muestra de tejido se conservó congelada a 196 grados bajo cero en el Centro de Transfusión de la Comunidad Valenciana, de donde fue recuperada para volver a implantarla una vez finalizadas las terapias oncológicas.
Aunque cualquier tipo de quimioterapia puede afectar a la fertilidad, ésta no suele ser una de las principales preocupaciones en el caso del cáncer de mama. Hasta ahora, de hecho, las intervenciones de este tipo se habían realizado a mujeres con linfomas de Hodgkin o leucemias, otros tumores cuyas terapias sí suelen repercutir más gravemente en la esterilidad.
La intervención
La futura mamá fue sometida al trasplante de tejido ovárico en enero de 2008. En este caso, el tejido se implantó en el ovario izquierdo, a la espera de que la corteza fuese capaz de "agarrar" de nuevo y devolver a la paciente su función hormonal y ovulatoria.
Es a esta altura del procedimiento cuando el caso de Valencia vuelve a incluir alguna novedad respecto a lo que había ocurrido hasta ahora en otros casos similares. Primero se intentó un embarazo natural, mediante sus propios óvulos, nuevamente generados por su organismo gracias al éxito del trasplante. Pero esto no fue viable, ya que además de las lesiones producidas por la quimioterapia y la radioterapia, con anterioridad ya presentaba obstrucción en las trompas
Por ello, la mujer valenciana se sometió a un tratamiento de reproducción asistida. Como explica el doctor Justo Callejo, jefe de Ginecología del Hospital de Sant Joan de Déu de Barcelona, de los cinco nacimientos logrados hasta ahora, sólo dos se han producido de manera espontánea, "el resto se han llevado a cabo utilizando técnicas de reproducción asistida; fundamentalmente la llamada microinyección espermática o la fecundación in vitro". A su juicio, de hecho, en el futuro todo indica que el trasplante de tejido ovárico descongelado "tendrá que apoyarse en técnicas de reproducción asistida para garantizar su éxito".
Aunque como ha aclarado María Sánchez, no todas las mujeres con cáncer "van a necesitar someterse a tratamientos de reproducción asistida para poder ser madres, porque el implante de tejido ovárico es una técnica que permite el embarazo natural. Ésta es nuestra siguiente meta".
Sus médicos lo explican argumentando que por su edad y por los efectos de la congelación del tejido ovárico, la paciente tenía una limitada reserva de ovocitos, las células precursoras de los óvulos. La vitrificación permite congelar un número suficiente de dichos ovocitos, mantenerlos en unas condiciones especiales que garanticen el éxito de la fecundación "in vitro".
Sólo en Valencia, donde se aloja el primer banco público de tejido ovárico de España, el primer acreditado por el Ministerio de Sanidad, más de 250 mujeres han acudido desde febrero de 2005 para preservar sus muestras y tratar de recuperar la fertilidad una vez acabado el tratamiento contra el cáncer. Hasta la fecha, seis de ellas ya han recibido el implante de su propio ovario y esperan recuperar su función ovárica con normalidad en un plazo que, según los casos, oscila entre cinco semanas y ocho meses.
A pesar de los avances en este campo, la opción más extendida entre mujeres con cáncer sigue siendo la congelación de embriones, aunque para estos casos se requiere que la mujer tenga pareja estable (o bien decida recurrir a un donante de semen).
El Mundo
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