viernes, 27 de marzo de 2009

EL DRAMA QUE SE NOS VIENE ENCIMA: "LOS SINSUBSIDIOS"

Cuatro millones y medio de parados al final de este año; cinco millones a finales de 2010. Son las cifras más pesimistas sobre los efectos que tendrá la crisis que he escuchado hasta ahora. La reacción alcista de la bolsa es una simple corrección al alza en periodo de depresión, un mercado de cazagangas y especuladores que salen y entran para generar plusvalías apetitosas; el mercado inmobiliario, aunque se está recuperando en ciertos lugares selectos, sigue devaluándose en las macrourbanizaciones y barrios "seseños" y, aunque el sistema financiero mundial parace haber tocado fondo gracias a la confianza generada por las medidas de Obama, en España aún no hemos visto nada.

En este breve resumen; con más datos positivos que negativos, falta añadir la peor de las predicciones: el goteo incesante de más personas que se quedan sin empleo porque la única posibilidad que tienen las empresas para sobrevivir es (eufemísticamente) "liberar capacidad laboral." El drama del desempleo tiene dos interrogantes:

1. ¿Podrá recolocarse en el futuro aquella persona mayor de 45 años, que ha trabajado en sectores en crisis y de baja productividad, en el futuro?
2. A medida que la crisis se alargue mes a mes, y a medida que cada vez más sean las personas que dejen de percibir subsidio de desempleo, ¿qué ocurrirá?

El efecto social puede ser terrible. ¿Se imaginan un país con un millón o, por qué no,dos millones de personas desempleadas que no ingresen nada? La economía sumergida, la respuesta en el pasado, no podrá responder por todos. Ni la familia. Cuando, además, un porcentaje importante de los afectados por la crisis son inmigrantes llegados a España en los últimos años, la complejidad aumenta.

Las respuestas, antes que económicas, sólo pueden ser políticas y procedentes del consenso de los grandes partidos. El peligro de soluciones xenófobas y demagógicas (al estilo Le Pen en Francia o otros países) aumentarán. Estamos de acuerdo que enseñar a pescar es más difícil y requiere más tiempo y esfuerzo que entregar el pez. Nuestro Gobierno apuesta por el pez... quizás porque ya no tiene otro remedio. El problema es que los peces también se agotan.

Martí Saballs

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