viernes, 27 de marzo de 2009

VIVIENDA PROTEGIDA: CERTIFICADO DE DEFUNCIÓN DE LA GRAN PROMESA ELECTORAL DE ZAPATERO

Vivienda protegida: certificado de defunción de la gran promesa de Zapatero
J. M. Lamet

El gran gancho electoral, el salvavidas del sector inmobiliario, el bruñido mascarón de proa de la recuperación económica y el zepelín de la política social. Todo eso y más era la vivienda protegida (VPO) hasta que empezaron a ver la luz los datos.

Las múltiples propiedades curativas contra la crisis que se les atribuyeron a las casas subvencionadas anunciaban una nueva etapa. Se evitaría la caída del castillo de naipes inmobiliario, se crearía empleo y se acolcharía la ya inevitable cuesta abajo de la economía.

Pero el órdago del Gobierno, que prometió la construcción de 150.000 VPO al año, fracasó. Y era tan fácil de incumplir que el revés no ha sorprendido a casi nadie. En 2008 sólo se comenzó a construir el 60% de las VPO prometidas, según los datos del Ministerio de Vivienda publicados hoy.

La estadística oficial constata que en 2008 se empezaron a edificar 90.946 pisos protegidos, un 40% menos de lo previsto. Si la intención era superar la cifra de 2007 (83.859 VPO) en un 56%, sólo se ha conseguido en un lejano 8,5%. Los promotores estiman que por cada casa que se edifica se crean 2,3 puestos de trabajo para dos años. El tiro errado del impulso al ladrillo protegido se deja por el camino un reguero de más de 135.000 posibles empleos creados. O sea, los que España pierde cada mes, y tres veces más de los que ha supuesto el Plan de inversión en obras locales.

Eso sí, en el último trimestre las cifras cumplieron con las expectativas: se iniciaron 40.520 pisos protegidos. Esto hace presagiar un posible arranque tardío de la política social inmobiliaria. Habrá que ver si el recrudecimiento de la recesión en 2009 chafa los presagios más optimistas.

En la Champions League del optimismo, el propio Zapatero prometió 1,5 millones de pisos a 10 años vista, ni más ni menos. Cabe la remontada épica, pero el mercado libre tampoco manda buenas señales al subsector social, y se desploma en caída libre.

La construcción de viviendas sin protección se redujo a la mitad el año pasado. Se construyeron 269.098 casas, un 49,4% menos que en 2007. El pinchazo de la burbuja ya ha ensordecido al sector que -pese a todo- más pesa en el PIB, pero lo peor está aún por llegar. 2009 reducirá a añicos la incidencia del ladrillo en la economía española, quedándose en alrededor de 150.000 nuevas casas libres, según constructores y expertos.

La VPO podría encontrar ahí su nicho y acudir a subsanar los cada vez más perentorios agujeros de los promotores. No en vano, el sector carga con un mórbido stock de más de un millón de inmuebles que no han saciado aún la galopante gula de la recesión.

Para conseguir levantar cabeza sólo falta resucitar la promesa de todas las promesas electorales, darle lustre y huir hacia adelante de nuevo: a más crisis, más pisos protegidos. ¿Otras 150.000 VPO son posibles? Por prometer, que no quede.

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